Que ya veremos si te seguiré queriendo
mientras te quiero, que ya veremos.
¿Qué contrato como lápida quieres escribir
cada paso futuro con sus acentos?.
Qué prisas por saber sobre no sé cuando
si te seguiré eligiendo como hoy te elegí.
Los pasos por la vida no tienen más misterio
que irlos dando y con todos ellos sentir.
La vida no se planea como un inventario,
llenando la bolsa que queremos llevar.
La vida nace y muere en cada segundo,
el primer ahora es el mundo, los otros no están.
miércoles, 15 de febrero de 2017
viernes, 10 de febrero de 2017
LA CARA OSCURA DEL SUEÑO
Hace ya tiempo que rompí toda pretensión de un sueño,
ir deambulando como el dueño de un camino sin ti,
volcado en la lucha dentro de mí por irme mintiendo,
porque voy huyendo de otra vez verte y estar sin ti,
qué te voy a decir, qué palabras pondrían remedio
a los alejados tiempos, donde te olvidaste de mí,
o si no te olvidaste al fin, por qué el obstinado empeño
de venirme de nuevo la tentanción de poderte vivir,
todo lo pasado sucedió así, más qué hacer con el tiempo
que me viene ahora sin remedio por volverte a oir,
cómo podría huir si otra vez más me apareces de nuevo,
retornándome el miedo de otra vez no poderte sentir,
en los amaneceres subyace un lamento del tiempo,
la resulta de aquellos efectos de tormenta sin fin,
y que más si no fuera así que este sangrar por dentro,
se mostrara por los verteros del corazón al latir,
si fuimos o no personas así yo no lo entiendo,
aparentemente como tiernos brotes de jazmín,
blanco algodón sin fin surcando en el baile del viento,
y acabar como heno seco que nos ahoga al fin,
cuántas veces ha de leerse el mismo prospecto,
cuándo si infecto puedo decir que lo conseguí,
y si la vida va al morir yéndole la vida en ello,
a qué perder tanto tiempo en lo que no ha de venir,
si te dije entonces sí fue un acto sincero,
aunque pongamos a cero por asuntos del devenir,
que ya veríamos si así va deambulando un invierno
con sus árboles secos por estos dias sin ti,
yo no quiero soñar y en tal latir que yo te tengo,
yo no quiero los medios donde el sueño no tiene fin,
para qué sentir de ti los cristales fríos de invierno,
para qué llevar por dentro una muerte y no morir,
para qué ya escribir lo que ni siquiera temo,
del secreto de lo eterno o el efímero devenir,
y qué lógica tiene sonreir con unos labios secos
por agrietados besos dados con infame mentir,
que la vida es así el tiempo me lo ha ido diciendo,
más arraigado al no acepto me acostumbré al herir,
y la herida es en mí tan profunda como en aquellos
que creyeron que fueron fruto de mi ser ruin,
pero nada es porque sí sino que obedece a algún celo,
o a una duda, o a un miedo, o a un no saber decidir,
pues decidas no o sí siempre temerás si lo hecho
te apartó del sendero que soñabas para tu vida feliz.
ir deambulando como el dueño de un camino sin ti,
volcado en la lucha dentro de mí por irme mintiendo,
porque voy huyendo de otra vez verte y estar sin ti,
qué te voy a decir, qué palabras pondrían remedio
a los alejados tiempos, donde te olvidaste de mí,
o si no te olvidaste al fin, por qué el obstinado empeño
de venirme de nuevo la tentanción de poderte vivir,
todo lo pasado sucedió así, más qué hacer con el tiempo
que me viene ahora sin remedio por volverte a oir,
cómo podría huir si otra vez más me apareces de nuevo,
retornándome el miedo de otra vez no poderte sentir,
en los amaneceres subyace un lamento del tiempo,
la resulta de aquellos efectos de tormenta sin fin,
y que más si no fuera así que este sangrar por dentro,
se mostrara por los verteros del corazón al latir,
si fuimos o no personas así yo no lo entiendo,
aparentemente como tiernos brotes de jazmín,
blanco algodón sin fin surcando en el baile del viento,
y acabar como heno seco que nos ahoga al fin,
cuántas veces ha de leerse el mismo prospecto,
cuándo si infecto puedo decir que lo conseguí,
y si la vida va al morir yéndole la vida en ello,
a qué perder tanto tiempo en lo que no ha de venir,
si te dije entonces sí fue un acto sincero,
aunque pongamos a cero por asuntos del devenir,
que ya veríamos si así va deambulando un invierno
con sus árboles secos por estos dias sin ti,
yo no quiero soñar y en tal latir que yo te tengo,
yo no quiero los medios donde el sueño no tiene fin,
para qué sentir de ti los cristales fríos de invierno,
para qué llevar por dentro una muerte y no morir,
para qué ya escribir lo que ni siquiera temo,
del secreto de lo eterno o el efímero devenir,
y qué lógica tiene sonreir con unos labios secos
por agrietados besos dados con infame mentir,
que la vida es así el tiempo me lo ha ido diciendo,
más arraigado al no acepto me acostumbré al herir,
y la herida es en mí tan profunda como en aquellos
que creyeron que fueron fruto de mi ser ruin,
pero nada es porque sí sino que obedece a algún celo,
o a una duda, o a un miedo, o a un no saber decidir,
pues decidas no o sí siempre temerás si lo hecho
te apartó del sendero que soñabas para tu vida feliz.
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