jueves, 31 de enero de 2013

HOY MI NIÑA CUMPLE AÑOS

Hoy mi niña cumple años
y está tan guapa,
recuerdo sus manos,
sus hinchados dedos,
de heridas de amor
en el alma, 
 
mi niña cumple años,
y brillan más sus ojos,
sólo siente la piel
olvidando el pasado, 
 
llora, después ríe,
grita, después calla,
nadie la sonríe,
nadie la alcanza,
una curiosa guapa
que siente lo que dice,
esa fuerza tan joven,
tan valiente y madura,
esa fuerza
sin ataduras,
 
no quiere al otro,
por su vanidad,
se altera, lo desprecia,
lo quiere dejar,
entonces el otro llora
y ya no lo abandonará, 
 
es así, qué más da,
es así, para qué cambiar,
es así, así me enamoró,
hasta que me dejó
para ser una más,
sumisa y callada,
olvidó la rebeldía,
olvidó la frescura
y se volvió atontada.

NO VOLVER A AMAR

No sé por qué pensé hoy en ti, todo el día ensimismado,
en cada instante preguntándome por qué te he olvidado,
quizás quiero otra vez evocar sentir aquel tenso estado
de esperarte horas y horas para pasear a tu lado, 
amor eterno de mis sueños, pareces congelado,
entre aquellos pinares húmedos donde nos abrazamos,
el monte se oscurecía y detrás un cielo azulado
vertía estrellas que nos cubrían con su vaho, 
ignoro lo que ahora sientes,  y no quiero imaginarlo,
solo alcanzo al recuerdo del final de un verano,
que no olvido esa sonrisa ni esa mirada a mis manos,
aquella luz de tus ojos perforándome mi espacio, 
solo puedo recordarte cuando estabas en mis manos,
y recrearme en el recuerdo de aquel beso en tus labios,
pero también aquello de mejor lo dejamos,
pero también aquellos tres "chaos" de un final del verano, 
mira que éramos iguales ¿cómo nos fuimos alejando?
no lo sé, ya que más da, el tiempo eterno me ha bajado
al tiempo del valle frío donde firmé un pacto extraño:
de no volver a amar, como a ti yo te he amado.

miércoles, 30 de enero de 2013

ESTOY TRISTE (Juan Ramón Jiménez)


LA CONFESIÓN

He decidido definitivamente escribirte estos versos,
llevo ya tiempo deseándolo pero no me atrevía,

sí, es a ti, no a otra,

sé que esto es una locura, delante de todo el mundo
hablarte de esta manera,
pero ya no puedo más guardar este secreto
que me obsesiona cada noche
y en cada una palidezco,

ya no sé dónde esconderme ni de qué disfrazarme,
ni cómo apartarme, ni disimular necio,
qué le voy a hacer si me he enamorado,

¿qué hago? ¿te olvido? ¿imagino que no estás?.

Tu crees que me refiero a otra, pero te equivocas
porque me refiero a ti,

sí, a ti, no a otra,

no mires para otro lado, no te quedes con la duda,
no la hay, está muy claro,
o acaso ¿crees que en ti no me había fijado?
¿creías que pasarías por delante de mi ignorancia?
¿que no percibiría tu extraordinario encanto?,

sé que esto es una locura, hablarte así delante de la gente,
pero me tienes enamorado, un amor atolondrado,

no me importa ya que incluso prefieras ignorarlo,
que creas que no es para ti, que mires a otro lado,
me siento ya en paz, necesitaba soltarlo,
aunque sigas tenazmente ignorándolo,

¡qué vueltas da la vida!
yo a estas alturas nada de esto esperaba,
pero es que esto no se busca,
es que esto no se procura,
que se presenta sin decir ni ¡hola!
y que ya no se va  nunca.

Es verdad, lo dice Serrat: es caprichoso el azar,
todo ha sido sin querer, y sin querer
me he enamorado,

sabes bien que es de ti, no mires a otro lado
que es de ti,

sí, de ti, no de otra,

no me importa que no me respondas,
no te voy a exigir nada,
ni siquiera que lo sepas,

me conformo con que sepas
que existen estos versos
porque de ti me he enamorado.

martes, 29 de enero de 2013

FORMAS DE LLORAR A MODO DE ESPRONCEDA

El llanto es un acto de contracción,
se llora por la eterna espera,
que esas lágrimas de triste pena
nadie recogerá,
se llora por la esperanza
del retorno del amor verdadero,
o por la libertad el prisionero
que al aire volará,

se llora por los que ya se han ido,
y por los que nunca vinieron
y por los que nunca conocieron
el allende del mar,
se llora por la fugaz vida,
por su ritmo trepidante,
por su andar extenuante,
por lo que fue y no volverá,

se llora dulcemente,
y también con la amargura,
quizás solo el loco en su locura
no sabe por qué llorar,
se llora por constricción,
por alguna herida abierta,
por la caída incierta
en una duda infernal,

se llora y con razón
por todas las injusticias,
y por la maldita malicia
del que quiere aplastar,
se llora por proteger
a otros que necesitan
unos brazos que le citan
para abrazar,

se llora por el amor,
y por el desamor no anunciado,
y por no sentirse amado
por los demás,
se llora por el orgullo,
por saber que ha conseguido
aquello tan perseguido,
y también por vanidad,

se llora falsamente,
por hacer llorar a otros,
lloramos todos nosotros
por hacernos destacar,
y lloramos sinceramente,
a la noche cuando sentimos
que aquellos que una vez fuimos
ya no volverán.




LOS AMANTES-JULIO CORTÁZAR


DESPEDIDA DEL MAR-JOSÉ HIERRO


UNA TARDE CUALQUIERA-JOSÉ HIERRO


DIME SOL

Dime Sol ¿por qué brillas? ¿por qué lanzas rayos?
¿y por qué sales y te pones cada rato?

pareces un astro forastero, austero por otoño,
y carnavalero y bullicioso por el verano,
yo no te alcanzo con mis manos,
lo mismo repartes al roble que al retoño,
lo mismo eres fiel, lo mismo eres engaño,

dime Sol ¿por qué me llamas
en cada flama de cada mañana?
¿y por qué no estás cuando te necesito?
tu brillo me ocultan tus hermanas estrellas,
tus centellas me alucinan y en ellas recito
el sentido del hambre de mi fiera,

dime Sol, si vas a aparecer cada día,
y si a la noche fría tu sabes de mi espera,
y si entre tu tiempo eterno y el mío
hay un espacio vacío lleno de leyendas,

dime Sol, si el alba va contigo,
si lleva abrigo, si siempre tiene la cara clara,
si el lucero de la noche se enmascara,
si el zodíaco son las lágrimas de tu camino,

dime Sol, si soy tu amigo,
dime si tu amistad la tengo ancha,
si tus manchas son los llantos del olvido,
si mis llantos son porque te marchas,
si te marchas porque te olvido,

dime Sol, por qué te orbito,
por qué contigo soy angustia declarada,
por qué en mi cara haces sombras enamoradas,
por qué tanto te necesito,

dime Sol, ¿me extenderás tus manos
para llevarme por las orillas de las playas?
y sentirte como viento del sur,
y sentirte lamento en mi alma,
¿y sentirme como tú?

ACUSO AL TIEMPO

Acuso al tiempo por su norma fatal,
porque no se cuestiona y siendo injusta,
no castiga a todos con la misma fusta,
y porque perdura la maldad,

acuso al tiempo por poner final
a las causas inconclusas,
a las canciones de las musas
y las luchas por la paz,

acuso al tiempo por la desigualdad,
por mancillar el honor de la gente ilusa,
por ignorar a quienes solo usan
sus manos por lograr el pan,

acuso al tiempo por llevar al altar,
la tiranía, la soberbia, y la gentuza
que en su prepotencia abusan
del arma que el dinero les da,

acuso al tiempo por no amar
al que por amor siempre busca,
y excluye al que siempre acusa
desde su perversidad.

Acuso al tiempo por andar
hundiendo al humilde con excusas,
y por dejarse pactar con el que abusa
de la inocencia de los demás.






lunes, 28 de enero de 2013

LAS HOJAS

Al mirar las hojas secas de un árbol
o de una planta que sobrevive en un balcón,
y que al verlas caer sin nadie que les diga adios
o que sin más unas manos las arrancan,
me pregunto si algún enigmático papel
les fue adjudicado para sacrificarse
para que las demás salgan feliz.

Pienso si realmente es así
o es que cayeron en alguna desgracia,
si la fotosíntesis con ellas no ensayan
el arte de permanecer.
y para colmo de todo este asunto
al caer caen a la tierra,
y al desvanecerse la enriquecerá,
les regalará su oxígeno y su sal,
y soñarán con ser de nuevo brote
de una esfera que acabe en flor.

Las hojas secas de invierno lo saben,
las de primavera me resultan tristes,
en el verano se inclinan ante la fruta,
la folia ocre de otoño resiste.

La hoja perfecta puede ser aquella
que tiene forma de corazón,
las demás, seguro, optan por esta razón,
pero su variedad es manifiesta.

Hay hojas como agujas, corazones hirientes,
que embisten al aire porque les falta el aire,
hay hojas anchas que el tiempo las mancha
de motas negras por la sangre doliente,
hay hojas bifurcadas por amores imposibles,
y otras rizadas por guardar sus moradas,
hay hojas como el cacto que evitan el tacto
con dardos clavados por amores grises,
hay hojas largas con cintas de colores,
hay dolores en hojas que trepan paredes,
huyen de la sombra, de las mallas y redes,
buscan el Sol que le de sus honores,
hay hojas que sombrean como la parra,
y hojas como la de la rosa tan cantadas,
hay hojas de margarita en los entierros,
y hojas que salen hasta de los aceros.

Las hojas del campo bailan con el aire,
las de los pinos murmullan canciones
de los marineros y sus devociones.

Las del roble se sienten señoras,
las del olivo se sienten verdes,
las del almendro blancas y moras,
las del sáuce lánguidas se mecen,

los helechos son hojas húmedas,
los zargazos quieren el mar,
el jazmín pequeñito se sabe la noche
y la dama de noche lo acompañará,

el lirio es el presumido de la poética
y de la hoja de la patata nadie habla,
la pieza amorfa le arrebata
el derecho a cualquier estética,

las hojas son nuestras hijas,
nuestras madres y nuestras hermanas,
se ofrecen para la comida del hambriento
o para una presumida ventana.








domingo, 27 de enero de 2013

SOY COMO SOY


Reconozco que soy un tipo raro,
a veces me creo nada para nadie,
un poeta de poemas insondables,
un pianista de tonos muy bajos,
 
en ocasiones un poco rollista,
y mis tiempos de fracasado,
pero no soy egoísta ni malvado,
ni la venganza está en mi lista,
 
un solitario, un desconocido
autor de mi propia ingenuidad,
una inocente forma de mirar
todos los sueños prohibidos,
 
como muchos otros ando frustado,
de un poco de sexo y algo de valor,
pero no un reprimido, eso no,
que sexo y valor nunca son sobrados,
 
no soy enemigo de otros, imposible,
puede que un poco de tonto y cobarde,
pero compañero, prisionero, la gente me late,
y yo creo en el amor imbatible,
 
loco, romántico, vulgar, genial, inútil,
presumo de todo, me duermo en la pereza,
nunca hipócrita, puede que irónica tibieza
pero sin nudos, como la santa inconsútil,
 
no soy prejuicioso, algo perjurioso,
y deseos lujuriosos, mi cuerpo me abarca,
es el continente de mí, es la barca
única que me lleva por el mar misterioso,
 
y finalmente, sin duda, soy muy sincero,
yo no soy más que una gota como otras de agua,
que brillan o se oscurecen, sencillas almas,
pero soy como soy, y como soy yo me quiero.

ESTOY TAN LEJOS DE QUIEN AMO


Estoy tan lejos de quien amo,
que los recuerdos se me nublan,
como si aquello hubiera muerto, 
te quiero, yo te quiero,
entera y por dentro,
yo te quiero y te quiero,
te quiero fruta, te quiero huerto, 
ahora siento esta pena,
infinito este silencio,
no sé si me ignoras,
si soy algo de tus recuerdos, 
me voy transformando,
me expando,
me lanzo, me alargo
a las cosas como fueron, 
oigo una canción,
un suave son,
la prefiero, amor,
no quiero el silencio, 
estás como dormida,
y en el tiempo, mi vida
es una lanza de sangre huida
que va por el firmamento
solo diciendo
que te quiero y que te quiero.

viernes, 25 de enero de 2013

ARTE POÉTICA

Estoy obligado a decir las voces
que otras voces callaron,
y describir los momentos de cada día
para que no se vayan marchando,
 
siento la presión de manos sangradas
por palabras que se van separando,
alas que las llevan a volar
por los vientos del espacio,
 
me mato en cada uno de mis versos
para aflorar algunas líneas más abajo,
el discurso del alma siempre preso
como en el redil el rebaño,
 
son como filas alborotadas,
o como tipografismos clasificados,
pendientes de un obrero que no sabe
por qué las coloca como las va colocando,
 
estoy obligado por propia imposición,
porque si no escribo entonces ¿cómo hago
cristalizar las luces del Sol y la Luna
en el frío acero de un mecano?,
 
lo hago por suplicar o difamar,
por mi ruindad o sentirme respetado,
por trazar un buen o mal plan,
por gritar o callarme durante un rato,
 
lo hago por escucharme en silencio,
por saber quien fuí hace años,
por soñar quien seré en el sendero
que enfrente tengo esperando,
 
por insultar, por insultarme, por amar,
por desenamorarme, por buscar remedios,
por no arreglar nada, que se queden igual,
por sacudirlas de témpanos cediendo,
 
y justifico los silencios, y con ellos me llevo,
en ellos me acojo, soy un bajo y extraño
matorral de los caminos donde me enredo
con los otros y sus misterios hermanos.

miércoles, 23 de enero de 2013

domingo, 20 de enero de 2013

YO SOY, ADEMÁS, OTRO

Ya no puedo más, caigo, estoy en el precipicio,
no puedo oir treinta voces al mismo tiempo,
mil ventanas se abren, me van enloqueciendo,
no puedo inventar a mil como a mí mismo,

no puedo evitar porque así lo siento
mantener la conversación, seguir tu ritmo,
tu no puedes ver mi espalda, me mantengo
a duras penas evitando el abismo,

no puedo más, todo lo doy, nada consigo,
ni una pequeña palabra de entendimiento,
solo un duro exigir, ningún -lo siento-
las piedras se engrandecen en mi camino,

yo no sé si deberia alguna vez decirlo,
no lo hago, sé que es solo un presentimiento,
la gente me dice que sea yo mismo
y si lo soy no me entienden al mismo tiempo,

parece que siempre yo soy el que obligo
a ir llevando las arenas por el firmamento,
las estrellas deberián nacer de mí, es mi signo,
mi creación no puede parar ningún momento,

es agotador, no sabes cuánto me agota este filo,
no sabes nada, crees saber mis tormentos,
ellos ya no están, soy naufragio a barlovento
y, curiosamente, sin origen, ni destino,

cosas rotas, dispersas, flotando por ahí en medio,
las espumas del mar van forzando su brillo,
el Sol me mata, la Luna me aplasta, sin remedio
voy poco a poco diluyéndome, me fatigo,

me ahogo, me falta el aire, y tu mano tendiendo
una cuerda húmeda y suave, mecerme tibio,
una como yo, rara y ávida, de verdad que tiemblo,
el agua fría del fondo me lanza dardos fríos,

no puedo ser infinito, de verdad que lo siento,
soy tan sencillo como el juego de un niño,
yo quisiera darte todo lo que quieres, no puedo,
me falta el tiempo, el reloj me va haciendo añicos,

dicen que los años te enseñan y parece cierto,
y sin embargo volvemos a caer en lo mismo,
el mundo da vueltas y vueltas sin remedio,
la misma esquina, el mismo café, el mismo vicio,

en mi deriva requiero, de verdad, ir pidiendo
un poco de paz, algunos momentos tranquilos,
me da pena pensar que solo a él llego
si de vosotros me alejo, si solo me aislo,

entonces, en ese lugar, en ese mismo momento,
si os libero el alma, consigo tu alma como yo la concibo,
y entonces aparece el anhelado rincón que yo quiero,
y los ojos que me miran como yo los miro,

liberar nuestro espíritu, matar los fragmentos
que persistentes dejamos y por si acaso huimos,
que dudamos de verdad que todo esto es tan sincero
como los sonidos de nuestros huesos en nuestro camino,

no puedo más ocultar mis verdaderos sentimientos,
y llegado a esto me dispongo a apostar por un loco río,
por un fluido de sangre y sudor de mi cuerpo
y aunque se vaya secando, me da ya lo mismo,

¿qué puedo perder? ¿mi vida pasada? ¿todo ese tiempo
que he vivido si felizmente no lo he vivido?
mi vida pasada, pasada es, que se vaya al infierno,
que en el infierno han estado mis deseos dormidos,

paso del que dirán, las cosas a veces no tienen remedio,
lo extraño es persistir en arreglar lo que ya está roído,
prefiero unas nuevas arenas de un mar insensato
que las secas arenas de un mar cohibido,

pongo en la mesa mi ser triste, tu mirada yo entiendo,
paso de ser el tipo simpático, alegre y divertido,
y en este giro del juego, extraña mueca te va apareciendo,
que imaginabas las cartas que siempre me has visto,

no éstas, oscuras, ajenas, yo te doy ese momento,
o todos los momentos que quieras por siglos,
si alguna vez estas invisibles lágrimas que voy vertiendo
las veas por fin y te lleguen como un tibio rocío,

como un -estoy aquí- desde siempre y muy adentro,
ese ser que dentro llevamos, del que nunca supimos,
y que necesita como necesita el ave al viento,
como necesité tu alma y limpiarme a mí mismo.




jueves, 17 de enero de 2013

ANOCHE


Anoche bebí por ti
y te escribí un poema,
no es este, no lo creas,
olvidé el que te escribí, 

creo que decía que te amaba,
con copa de lágrimas en mi mano,
no sé con quien hablaba,
pero no estabas a mi lado, 

de estarlo no consumiría
penas de amor tan desolado,
de estarlo, yo, esta mañana
no tendría este sabor amargo.

lunes, 14 de enero de 2013

Ahora, que pena

Fuertes, claras, antes eran,
ahora, que pena
que parezcan sucias palabras.

Besos, abrazos, antes eran,
ahora, que pena
que parezcan absurdos y vanos.

Apoyo, elogio, antes eran,
ahora, que pena,
que parezca inocuo.

Emoción, trabajo, antes eran,
ahora, que pena,
tanto sudor en vano.

Tienes, posees, antes eras,
ahora, que pena,
no tienes el alma serena.

Vales, valor, antes eras,
ahora, que pena,
tan caducado honor.

Vida y obra, antes eran,
ahora, que pena,
tan áridas horas.

Dulzura, antes eras,
ahora, que pena,
solo queda amargura.

Renuevas, antes eras,
ahora, que pena,
tan fría piedra.



sábado, 12 de enero de 2013

EL ENGAÑO

Yo no sé qué caminos vas devorando o si pasas de largo o tu ausencia te delata,
o si el tiempo pasado ya no te vale nada, o si aquello que hicimos lo fuiste tirando.
Yo no quiero pensar lo que ando pensando, y si esos "te extraño" eran tan ciertos,
o eran tan falsos y yo me reviento por la frialdad con que me ibas drogando.

Yo no sé si los ecos que ahora se asoman son los sonidos de una verdad comprobada,
pero sí sé en cambio que con estas palabras fundiré los espacios que quedaron en sombra.
Yo no sé si contigo me he precipitado, si no me contuve, si me comen las ganas
de volcarme loco y con ansias por reconocer tu obra, tu gran trabajo.

Felicidades te digo, felicidades te otorgo, bravo por ese trabajo de aparentes palabras,
si quieres yo te voy poniendo ya la medalla que a mi me sobra desde el otoño.
No hace falta que vayas diciendo que todos estos poemas no valen nada,
pues no son poemas, es mi propia alma, eso no se valora, no se valora lo eterno.

Yo no sé qué guardas debajo de tu blusa, ni qué tocas con tus manos en estos momentos,
puede que solo sea un presentimiento, pero siento que tu alma se torna oscura.
Quizás piensas que se puede jugar con la gente, pero no olvides que la gente se te rebela,
que vamos por el mar con una sutil vela y que si se quema no se ahogarán inocentes.

¿Puedes contar cuánta gente te quiere? y que te quieren porque te necesitan,
¿eso no te vale? ¿eso no te excita? ¿te alegras acaso de gente que hieres?.
Yo no he recibido muchas confesiones de dolor estallado y de quien no conozco,
pero en esta ocasión incluso convoco hasta locos desatados en locas misiones.

A mí no me importa ¿sabes? pero sí me importan a quienes haces sufrir,
que lo mío es un ir y venir por callejuelas y trastiendas desubicadas.
Yo no quiero por mí saber nada, pero no voy a callarme ahora, te voy a decir
que cualquier asunto que lleves adelante, en adelante no me valdrá nada.

Es una lástima romper equilibrios de sutiles hilos que unen las almas,
es ir tirando por las vallas a los escombros aquellos sinceros versos,
pero más me vale un pequeño beso, honesto, sencillo, en mi sudada cara
que los miles de aquellos que fueron lanzados a diestro y siniestro.

Más me valen palomas blancas que ensucien paredes y lo hagan con ganas,
que águila imperiosa dibujada por medio de segmentos tan sucios,
yo ya no estoy en el uso, mis manos se amansan, el odio no estará mañana,
sino más bien una alta muralla de cañones al sol que serán mi refugio.

No avances con tus tropas que yo no soy la meta de ninguna locura,
puedo ser y lo sé la basura de otros, nada de esto ya me importa,
y no me andaré por las ramas cortas o blandas sino por las más duras
que llegue a una seria jura de propósito de ignorancia de tus horas.

Si decides venir, ven como quieras, y aún con la cara lavada con el agua,
quizás no ahora, quizás mañana, o más adelante, podrás enterarte
que esto que digo no son los pedantes momentos de bellas palabras,
sino mi forma más alargada de que seas quien seas voy a enterrarte.

miércoles, 9 de enero de 2013

Aquella noche

Piso aceras de calles con borrascas
con un frenético empeño de locura,
el sordo ruido, mis piernas flacas
me desvían por una calle oscura,

una lámpara atestigua mi presencia
y las ratas surgen de la cloaca,
buscan panes y vinos y miserias
de este andar cansino, mi morada,

logro zonas de alejada periferia,
prostituta se esmera, me llama,
pide calor para su larga tristeza
de noches frías que la inflama,

la grasa se precipita con la lluvia,
el caro perfume se desbarata,
las piernas se abren con la furia
del tiempo donde no se logra nada,

en la luz las sombras ocultan
los azules cristales del agua,
en el cielo mueren las estrellas
por tanta soledad alejadas,

mi tiempo se va callando
y las noches son tan largas,
en las esquinas van cuajando
los óxidos de las lágrimas,

dejé de verla, parecen siglos,
no hace mucho que me cantaba,
aquello que tenía el sentido
de unos ojos que se clavan,

el tranvía devora chirreante
los túneles de la madrugada,
borrachos como elefantes
sin senda ni morada,

se decantan las gotas grises
por las tuberías de la nostalgia,
recuerdo aquella noche triste
donde nada me consolaba,

fue mi llanto más intenso,
yo ignoraba su causa,
pero fue tan profundo y tenso
que me dolió hasta el alma,

puedo comprar una escena,
puedo vivir sin mi cara,
pero no puedo sentirte apenas,
quédate con mis ganas,

y andaba despacio en vacío,
mis manos no tenían nada,
tocaban paredes de hastío,
y la angustia se desgarraba,

¿por qué salí aquella noche?
¿qué es lo que buscaba?
bramando aparece un reproche
y sentía la flecha clavada,

dejémoslo aquí, ya no hay honra,
ni orgullo que ilumine mi cara,
y solo me queda esta noche,
después, no recordaré nada.


viernes, 4 de enero de 2013

Poema de amor anónimo

Mi dulce amada tiene los ojos cerrados
asomados de entre sus sábanas blancas,
su brazo sereno por el codo quebrado,
y su mano en la limpia almohada,

agita los dedos en su sueño profundo
y recorre con ellos por mi cadera
caminos cubiertos por el arco del mundo,
que la vida en su sueño la lleva,

yo la imagino soñándome a veces
sentirme a su lado como un verano
de azul cielo con astros celestes
y brillar como los ojos enamorados,

¡cómo la quiero!, y no lo sabe nunca,
y no lo sabrá que esto yo no lo muevo,
que prefiero quedarme a oscuras
antes que sepa que por ella me muero,

prefiero su ignorancia y su vuelo libre,
que no quiero cadenas por alguna palabra,
que me salga del alma y aturdirle,
y que deje de ser mi amiga del alma,

las cosas que pasan, cierto es, no retornan,
y dejaré este amor congelado en mi mente,
y tan cierto es como que no daré forma
a este amor tan intenso y latente,

¡cómo la quiero! y ella no lo sabe
y no lo sabrá pues me lo llevo a mi entierro,
que prefiero millones de noches con sables
antes que un segundo romper su lucero,

de qué sirve este amor ¿verdad? si es inútil,
si en este papel se quedará este misterio
de mi amor que en mi mente se aburre
de tanta soledad y de tanto silencio,

¡como la quiero! ella nunca lo sabrá
y aunque se lo dijera lo haría con palabras
trabadas para ocultar la verdad,
palabras, palabras, palabras, palabras,

una coraza, un fósil, una escaramuza,
una aventura que jamás se inició,
una lágrima por esta bella musa,
y mis manos diciéndole adiós,

duerme mi amada, yo cuido por ti,
y regaré con mis lágrimas todas tus flores,
y que al despertar las oiga decir
que alguien te amó en esta noche.

Mi dulce amada tiene los ojos cerrados
asomados de entre sus sábanas blancas,
su brazo sereno por el codo quebrado,
y su mano en la limpia almohada,

y entre sus dedos tiene apresado
un poema que en una noche clara
le escribió un desconocido enamorado
que se murió en la madrugada.


miércoles, 2 de enero de 2013

He ido andando caminos que no imaginaba

He ido andando caminos que no imaginaba,
donde columnas de vidrio filtraban la tierra,
he construido sin saber nuevas palabras
para poder buscar por las lunas nuevas,

y no sé por dónde me estoy metiendo,
qúe flora dispersa y brotando me agobia,
qué agua de alguna enfilada ladera
atraviesa como dardos mi cerebro,

yo no sé mantenerme en los términos medios
y por ello de alguna manera siempre se acaba
los sueños obstinados fundidos como cera
que desaparecen por las ranuras del suelo,

mis pies descalzos como un loco ávido
de rumiar las raíces de raras fronteras,
la noche termina, no empieza la nueva
sin pasar por el día de segundos ácidos,

el mundo se agrupa en una moneda
de curso ilegal por un voto perdido,
con ella yo compro un asunto podrido,
como la rareza que llevo en mis penas,

como trigal que sale para ser cortado
y con él conformar la pieza del pan,
yo no seré así, no va a ser mi plan
quitarme este hambre de enamorado.

martes, 1 de enero de 2013

A las mujeres amigas


 

Puntos suspensivos


Te diré adiós por un tiempo que no estaré por aquí,
tampoco te podría decir cuánto, todo dependerá
de otros asuntos de mi vida que debo arreglar por ahí,
no sé si serán baladí o en el futuro me marcarán,

me voy con la sensación de asuntos aquí no cerrados
o recién empezados o que, cuando afloraban,
quizás no estábamos aún bien sentados
y como que ciertas palabras se deformaban,

me es triste pero a veces es el propio silencio
quien acoge como un vórtice en un pozo
estos temas que había por ahí en medio
como un puzle de ideas que están por trozos.

Me voy con la sensación de una torbellina cascada,
como un agua movida y saturada en un lago,
y lo hago porque de esta forma camina, vaga
hacia el mar donde quizás de nuevo nos veamos,

pero deseo y prefiero evaporarme con calor
y ascender silencioso por los azules cielos,
y conformar una nube que a la tarde sin dolor
se precipite como agua fresca de nuevo,

como agua limpia que limpia los pulmones
de todo enrarecido polvo que dejamos,
y que el tejido ya claro de emociones
aflore y no se sienta ya contaminado.

Me voy pensando que he rechazado cosas
o que he cambiado los cajones del armario,
para confundir las ideas con la ropa
que me viste en mis paseos diario,

no sé qué idea sobre mí aquí se queda
ni de dónde la luz provocó estas sombras,
como no sé si mi inconciencia se altera
de los puñales que me clavan y se nombran.

Uno de enero de dos mil trece

Uno de enero de dos mil trece,
aún permanecen luces de bronce,
una neblina se anuncia en la noche
dispersando mis sueños
por vías que me estremecen,

parece el vacío, una vertiente
de aguas mansas que al final se rompen
como gotas envenenadas que descomponen
las hojas de este invierno
lejano y reciente,

yo necesito saber qué se siente
si en los caminos trazados no se obedece
a promesas vertidas sino que vencen
aquellos asuntos no planteados
por ninguna vertiente,

yo necesito saber si fuimos honestos,
si, quienes somos, eramos allí,
si tanto los no como los sí
salieron del alma
y no de etéreos momentos,

las cosas no pasan, siguen aquí
esperando que alguien las rehaga,
quien las laboró o si al entregarlas
las adoptara en sus manos como suyas
de otro que quiso hacerlas así,

el tiempo pasa con mucha crueldad,
no deja carteles que anuncien que pasa,
ni deja huellas, es como una insensata
forma de silencio
lisa, prisionera, plana y mortal,

no veo, no siento tus manos calientes,
no sé dónde posar mis labios abiertos,
no quiero pensar que ya estoy muerto
en este atroz vacío que me ha traído
este uno de enero de dos mil trece.