martes, 23 de mayo de 2017

¿EL SILENCIO ES UN DESPRECIO?

Brindo por el silencio en el que pude contemplarte,
en la difusa luz de la tarde que anunciaba tu mirada,
por la intensa agonia que en mi alma se hizo parte
de los vientos de tormenta y del calor que me dabas.

En el silencio de la noche a poco muero yo por ti,
y enlazo entre cuerpo y alma con tu infinita sonrisa,
mis manos amenazan una aparente locura hostil,
que se descubre suicida en la plenitud de tu brisa.

Yo que aprendí a ir queriéndote desde mi espacio,
y a odiarme a la vez por los tiempos que pasaban,
caminé contradictorio entre vértigo y despacio,
desmarcándome en el tiempo del alba cansada.

Paso a paso, casi suicida, fui tramando una venganza,
a este ser mío que me viene partiendo el corazón,
en la locura o en la pasión, todo torna remembranza
de lo que ayer yo tenía en la apariencia de la razón.

Por ello, en la posibilidad de que alguna vez me llamaras,
me dijeras lo que fuiste o no fuiste por culpa del silencio,
yo sabría que en el agua algunos reflejos de tu cara,
me devolverían algunos latidos y no este desprecio.