jueves, 31 de octubre de 2013

EL EMIGRANTE (parafraseando a A. Machado)

Se oía aquel himno, con aquella melancolía,
la soledad del camino, que a la nube subía,
recuerdo del tiempo pasado tristemente,
cual trozos separados del torpe presente,
se sentaba cansado, mirando adelante,
correr con prisas, pues le avisa agobiante,
una mano extendida, de algo alejado,
miraba hacia arriba, sonreía abajo,
aquel camino largo, donde habitaba el halcón,
el águila imperiosa, el orgulloso azor,
entre el aroma espeso, del grano seco,
bajo aquel sol, que reinaba en el cerro,
 

el buitre en alto, en su trágico vuelo,
majestuosa muerte, bajo el azul del cielo,
por la vertiente sube, hacia el nocturno,
iba tan lejos, aquel hombre taciturno,
entre los granates, de estas tristes laderas,
con sus huellas. Recordaban las viejas peleas,
montes austeros, los que tienen recuerdos
por la muertes anónimas, de los traicioneros,
venían por las dehesas, y del bajo delta,
por hierbas altas, y de aguas inquietas,
criándose arriba, por aquella colina,
el matojo seco, sobre la tierra albina,
 

fue ayer, en las tierras sureñas de Sevilla,
en las arroceras arenas de las gitanillas,
cuando abril y octubre, creen confundirse,
el río betis, casi el mar de Ulises,
donde la pesca abunda, el grano es tierno,
el fruto es rojo, del huerto espléndido,
el segundo una hora, de la edad infantil,
pues en el patio, de niño, con su cara feliz.
Para entonces, doradas estrellas de noche,
que tiritaban, fulgurantes, con el derroche,
sobre perfiles callados, de los artesanos,
de los marineros, de los obreros del campo.
 

¡Se secó la tierra!, ¿quien la apagó?,
¡se agotó la huerta!, ¿quien la secó?,
¡se agotaron aquellas largas ilusiones!,
¡se pararon aquellos alegres corazones!,
Por eso va por las extrañas alturas,
buscando la razón de tanta sepultura,
de la guerra impía, y del loco siniestro,
que mató al chaval, y que mató al maestro,
el hermano al hermano, y el padre al hijo,
sangre en los ojos de la rabia de un siglo,
esperando un por qué de todas las sañas,
que creía verlas, en los nortes de España.
 

Pasa el Pirineo, por la campiña gala,
trabaja la viña, desde la madrugada,
hasta el ocaso, que por allá es más bajo,
que pasó de lo generoso a lo rácano,
y recordaba la novia, sus primeros besos,
su sonrisa cautiva, y sus ojos negros,
más allá tan lejano, una gala lo adora,
y con ligera tristeza, se enroló en la boda,
hijos rubiales, con los ojos más claros,
que le hizo casi olvidar, aquellos sevillanos,
pero alguna foto escondió en su maleta,
entre las hojas de un libro de algún poeta.
 

¡ay que será tan lejos de mi mariana tierra!,
¿y los azahares y alhelíes de la primavera?,
acá olvidados entre una extraña canción,
que creía recordaba alguna revolución,
mi España tan sola, y sus tierras de Huelva,
las luces granadinas y las brumas gallegas,
que el vino parece amargo por estas colinas,
la fruta ácida, y ácida la hortaliza,
calles grises, y no como aquellas blancas,
balcones oscuros, no alegres ventanas,
robledales profundos, no presumidos naranjos,
fábricas de río, no tiendas de artesanos.
 

Pasaban los años, y los olvidos le ganan,
con la lejanía, que a su alma enfermara,
supo que el padre, un día se le ha ido,
abrió un burdeos, para recordarlo en el vino,
en ocasión visitaba lugares de la estación,
para ver si veía algún sureño español,
y le dijera algo de su tierra alejada,
o le describiera un aroma, o solo una charla,
pues casi pierde la lengua de Miguel de Cervantes,
al usar la de Sartre, casi con malaje,
cuando podía, una prensa española leía,
creyéndose en un bar de su amada Andalucía.
 

Pasaba los años, trabajaba sin descanso,
y pensaba en los remansos de los patios de antaño,
la novia casi olvidada, la esposa casi dormida,
cansada de mirarlo, mirando a la encina,
triste de escucharlo, siempre de su tierra,
que le hizo pensar, que ella lo entierra,
los veinte, los treinta y los cincuenta y cinco,
pasaron como pasan, migraciones de picos,
que en el cielo veía, volar bullangueros,
de la nieve blanca, al delta del Ebro,
sus gritos se oían de distinta manera,
según fuera otoño, o fuera primavera.
 

Cantos a la nada, de un pasado remoto,
entre olvidadas risas, entre olvidados tonos,
las penas le pueden, en toda su alma,
como el negro al blanco en la noche larga,
desesperado y triste sombra ya se veía,
pues cerró su boca, de noche y de día,
canta a la nada, que la tiene como el aire,
canta ya sin voz, susurros hacia nadie,
se oye tan lejos, bajo la noche estrellada,
aquellas otras que encajaba a su amada,
y ya sin lágrimas en sus tristes ojos,
donde desesperan las caídas hojas de otoño.
 

Dime ocaso, que a la tarde avisa,
las fotos amarillas, las rancias sonrisas,
el poeta le recuerda su dolor ya tan viejo,
como el viento frío del desolador invierno,
no sabe qué decir, no sabe qué pensar,
pero parece casi siempre, quererse alejar,
que aún pensaba en la colina hacia la plomiza,
escena celestial, y sus aves huidizas,
pinares diamantinos de arenosas dunas,
marcando su perfil en la callada luna,
el silencio le arrebata el tímido sueño,
de volver a su tierra, antes del invierno.
 

Y volvió a su tierra que ya le parecía,
que solo de esa forma alegre acabaría,
dejando allá la mujer y los muchachos,
para encontrarse con su tierra de abajo,
ingenuo creía que el reloj se paraba,
en aquel amanecer de aquella mañana,
donde dejó la novia y el padre sudoroso,
de tomar las presas de entre los matojos,
más largo la vuelta le pareció entonces,
con luces extrañas de la extraña noche,
y callado miraba alcanzar ya la España,
donde la dejó a los quince de madrugada.
 

El orgulloso andaluz, que eso no lo pierde,
no veía su tierra de hojas verdes,
cual si las arenas que en otras pisaba,
se hubieran cementado para las frías casas,
no era la España donde allá los recuerdos,
le pintaban los brazos de los olivos secos,
la gente que le andaba en la variada faena,
la recolecta del vino, o la marinera,
la de la Piqué que parecía olvidada,
por la de un Joan Manuel y su triste balada,
o el patio andaluz que dejó tan callado,
por las frías terrazas de cristal azulado.
 

Subió de nuevo a la angosta colina,
y se sentó al lado de la vieja encina,
para observar extrañado, el pueblo abajo,
que no era el mismo, pues sintió un engaño,
aunque cierto que la iglesia seguía con su torre,
las campanas tañían como de otro molde,
y cual si réplica de las calles hicieran,
el negro asfalto en la vieja enladrillera,
el arco de entrada al pueblo aún seguía,
pero se afanaba en decir que algo escondía,
el bar de la esquina, era un banco pequeño,
y los bancos del parque, desaparecieron.
 

En la calle real no había ya naranjos,
y en la de la cruz, no había ya geranios,
palomas inquietas de un fin de milenio,
iban a la torre desde el cementerio,
la tasca de antaño, el casino de entonces,
ya no era de la madera con sus viejos bronces,
en la calle de al lado, la plaza de abasto,
era de escayola, no viejo alabastro,
el cuartel gris que rehuía el gitanillo,
era casa del pueblo de un verde ladrillo,
la calle cuesteada que antes era lisa,
se escalonaba en la zona de arriba.
 

Llegó a la casa de ventanas pequeñas,
ahora más alta pues ocultaba la peña,
y le salió un chaval con pastor alemán,
mirando descarado como una curiosidad,
en sus ojos castaños, intuyó un pasado,
¿a donde eres? ¿ y por qué mas mirado?,
y no le dije nada, pues un momento después,
por la puerta se asoma, una dama tras él,
buenas tardes, dije, perdón la insolencia,
más yo me fuí de acá, cuando la inocencia,
de Chesco y Manuela, que yo era hijo,
mi hermana Julia, mi hermano Francisco.
 

Ah si, que tal, mi madre me hablaba,
de la familia que en esta casa habitaba,
espere un momento que yo ya la llamo,
y así de repente, apareció aquel encanto,
la noble dama de ojos tan negros,
como todas las noches de mis desvelos,
era ella, mi amada, ay, yo lo sabía,
que aquel amor nunca se olvida;
más su mirada altiva, y su gesto serio,
parecía que me llevaba hacia el cementerio,
pensaba que la vida fuera más simple,
que la detuve desde aquella mañana triste.
 

No me conocía y dejó de mirarme,
no dijo nada, y volvió a encerrarse,
la vida no vale nada, si todo pasado,
no supe vivirlo, ni supe olvidarlo.
Aprendí una lección, cuando me desperté,
que este sueño insistente siempre lo tendré,
pero solo es sueño, y solo sueño nada más,
y por eso, aunque la ame, la dejaré de amar.
Tomé un camino, y si me he equivocado,
hacia atrás no daré, nunca más un paso,
pues aquel camino donde hubo una amada,
parecía permanecer, pero no había nada.

UN POEMA DE AMOR HACIA ALGUIEN

Por una vez escribiré un poema de amor hacia alguien,
alguien que puede ser real o estar solo en mi mente,
a veces uno suele soñar con imágenes evidentes,
o sobre vive entre los sueños surrealista de la vida,

en cualquier caso me gustaría decirte que quiero amarte,
y que ese amor destroce poco a poco mi vana mente,
y que le dé colores a mis jardines, hazlo realmente,
y paséate después por él  como caminos de tu vida,

como todo amor, real o imaginario, se acompaña de desamor,
a veces constante, a veces esporádico, decente o indecente,
pero sobre todo amor, plácido o de volcán irreverente,
lógico o estrafalario, imaginario o real en tu vida,

yo lo imagino a veces como mi objetivo esencial,
casi una cuestión que se plantea a vida o muerte,
ganar o perder no importa, sino que el andar sea fuerte,
batir sobre los vientos los crepúsculos de vida,

yo puedo seguir soñando hasta que me maten,
pero si me matan, que sea de amor, no de nostalgia,
que me maten los abriles con sus mil aguas,
y sin las prisas del febril ritmo de esta vida.





COLISIÓN

No sé qué hacer por la noche,
no sé por donde tirar,
todo se vuelve tan absurdo,
tan poca fruta sobre madera,

tanta ligereza en la palabra,
acabarán en la apariencia
de que todo fue nada,

parece mentira
que estuviéramos tan cerca,
tan cerca tan cerca
que algún choque
fue inevitable,

y nos lanzó al espacio vacío,
al más eterno de los silencios,
y al corazón hundido,

no es posible
que nuestras miradas
se conviertan en nada,

no es posible que el roce
de pieles y manos
a la nada se desborden,

algo debe haber
que no sabemos comprender,

quizás si rompiéramos las palabras,
si las voces fueran
desde más adentro,
desde mucho más adentro,
hasta desde esos yo
que ni conocemos,

y estoy seguro
que nuestras manos
siguen extendidas,
esperando
hasta cuando sea
que nos retorne la brisa,

y de no volver,
ambos sabemos
que inevitablemente
nos irá matando
alguna herida.

sábado, 19 de octubre de 2013

CUANDO YO NO ESTÉ AQUÍ

Alguna vez yo no estaré aquí
y no sabré si mis palabras llegaron muy lejos,
si fluyeron por el suelo de campos de flores,
si alguien las copiará en su cuaderno,

si lo que dije pudo ser para ti
un ánimo en tu alma cuando te sientes muerto,
un canto pequeño en la noche callada,
una pequeña nube junto al lucero,

cuando yo alguna vez no esté aquí,
quizás estas cosas escritas se irán muriendo,
como hojas caídas en el otoño,
con la pena de quedarse en su entierro.

SI TÚ NO ESTÁS

Nada sin ti podría ser,
todos los hechos, todos los besos,
todo acto que me atrapó en ti
sería morir,

nada sirvió si tú te vas,
las manos que una vez te rozaron,
los ojos que una vez te adoraron,
se abandonarán,

todo el camino que he andado,
donde una vez miré al cielo,
donde sentí el sudor del celo,
será polvo abandonado,

todo podrá ir bien o mal,
pero yo no puedo soportar,
que como el dolor en mi cuerpo
lo tenga que arrojar,

no sería nada si tú no estás,
a las maduras y a las duras,
en la luz y en la bruma,
no me vayas a matar,

y en fin, ya está,
mucho más no puedo decir,
salvo que te voy a sufrir,
si tú no estás.

jueves, 17 de octubre de 2013

SONETO ALARGADO A LA PRESUNCIÓN

Voces se oyen con el sonido del viento en los bosques,
la Luna traza cizallas frías sobre las aguas del río,
llegó el momento del frío, el pánico al desborde,
la soledad y el silencio de estar solo conmigo,

cánticos pasados como en la historia pasan los hombres,
los que han dejado huellas y los que para nadie han sido,
los que hicieron estatuas con los mármoles de colores,
y los que no fueron nada por los terrenos baldíos,

yo miro las obras de otros con sus nombres,
los tiempos y el orden, la belleza y sus signos,
y aquellos que han pasado también sin honores,

y amo más las cosas de quien no aparenta ser noble,
que el trompeteo incesante de quien acosa los sitios,
y que la falsa imagen de los in gentiles hombres.

domingo, 13 de octubre de 2013

EL COBARDE

Tantos años que no han servido para nada,
ni un hecho que pueda otorgarme un respeto,
tanto desprecio en los huesos me cala,
soy una rama fracturada en el trecho,

el sonido mal hecho de una pluma secada,
la dura madrugada que no abre los tiempos,
y en el vértice opuesto la noche anunciada,
paredes agrietadas, parece un infierno,

el loco cemento bajo mi dura pisada,
y las empalizadas, el todo rompieron,
son los aceros que agobian el alma,
es triste y amarga la soledad sin remedio,

es que yo no puedo callar como si nada,
y romperme en la cara esta ira de negro,
son ellos, son ellos, y la noche me amargan,
todo se alarga como un duro invierno,

no pongo remedio, los días se cansan,
no agoto las ganas de decir lo que quiero,
yo prefiero enmudecer la palabra,
antes que el habla me dañe entero,

yo soy lo menos que canta una raza,
el viento me abraza, me inunda por dentro,
y me voy mintiendo como miente un canalla
que no tiene agallas de decirte te quiero.


sábado, 12 de octubre de 2013

NO ES BUENO EL ADIÓS

Tu vida es un asco ¿verdad? todo el mundo ha conspirado contra ti, tú no tienes culpa de nada. Eres inocente. Los demás son los que no te comprenden. No has dado motivos para que te traten así. Tu ex te dejó, realmente no te quería, simplemente necesitaba alguien al lado que le resolviera sus pequeños problemas de cada día. Pero nunca te consideró como algo interesante.
 
Pero, ¿cierto? tampoco haces nada por resolver esto, tú no eres culpable. ¿Por qué tengo que resolver algo de lo que no soy culpable? ¿Qué culpa tienes tú de que hayas dejado de ser interesante? También el otro o la otra ha dejado de serlo y tú no se lo has tenido en cuenta. ¿Qué culpa tienes tú verdad? Entonces ¿para qué seguir con esta temática estúpida? No te sientes acusado o acusada. Es mejor entonces que cortes aquí y dejes de leer.
 
Este estúpido que me está medio bronqueando que se vaya por ahí.
 
¡Adiós!
 
¿Acaso volviste? ¿qué más tiene este prepotente que decirme? ¿Acaso te interesa realmente?
 
Crees tener buenos principios y buenas bases de comportamiento, crees actuar con ética, tener consideración y respeto, porque crees respetar a los demás tales como son. Crees que es injusto que no te traten a ti como tú tratas a los demás, porque crees que eres ejemplar en tu comportamiento. Sin embargo eres tan vulgar como cualquier otro. Hasta tus arrugas son bellas. Y tan feas como las de los demás pero no te gusta que te lo digan. Prefieres que lo decoren con hermosas palabras. Eres tonta o tonto de verdad. No te das cuenta que está en ti la posibilidad del cambio y de evolucionar. Eres realmente un inútil.
 
Si no crees que eres así es mejor que dejes de leerme y me mandes a tomar vientos frescos.
 
¡Adiós!
 
No me lo puedo casi creer, empiezas a otorgarme un espacio, o ¿quizás empiezas a otorgártelo a ti mismo? Empiezas a intuir que a este idiota lo domarás. Que le rebatirás todos y cada uno de sus argumentos. Por ejemplo, y para empezar, ¿se cree este tipo que escribe que es perfecto? Porque buscas la perfección ¿o no? a ver que buscas, que quieres, que deseas, que pides, que exiges, que necesitas. Yo busco en mí, quiero la felicidad, deseo la paz, pido la justicia, exijo la responsabilidad, necesito el amor. ¿Y los demás no? ¿qué te crees? piensa que todos estamos necesitados, piensa que quizás el otro necesita mi ayuda. ¿Estás harto de ayudar? siempre estás ayudando, tienes que hacerlo todo porque los demás son unos vagos, unos maleducados, unos torpes de los que no acabo de fiarme, unos falsos a los que no acabo de creer. Tú eres creíble, estable, afectivo e involucrado. Los demás están equivocados. No es posible seguir hablando con alguien tan intachable. Mejor que me dejes.
 
¡Adiós!
 
No puedo casi creerme que hayas vuelto. Al fin y al cabo ¿Cuál es el problema? ¿yo? ¿tú? sí, sí, ya sé, ambos. Fácil respuesta. Contamos un dos tres y empezamos a correr y a mirarnos en paralelo, pero es que a veces uno es más lento ¿sabes? y no hay razón objetiva que lo explique, uno no puede correr más, el otro si puede frenar un poco, esperar. Puedes resolver este asunto. Puedo resolver este asunto. Podemos.
 
Y si no queremos, pues entonces, y con pena, esta vez, ¡Adiós!

CADA UNO SOMOS UNA VIDA

Cada uno somos una vida,
cada uno un universo,
con sus lunas y estrellas, 

tú crees que tus problemas
son los peores, porque
son tuyos, pero eso que piensas
lo piensan los demás, 

nuestro mayor problema
está en nuestra propia vida,
en nuestra existencia, 

cualquier problema de los demás
es vano al lado del nuestro,
... eso pensamos, 

no nos consuela pensar
que hay más miseria que la nuestra,
no nos calma pensar
que hay más tristeza que la nuestra,
no nos calma pensar
que hay más desgracia que la nuestra, 

nos consuela sentir
que nuestras penas son las peores,
nos calma sentir
que nuestra vida es la más lamentable, 

y pensando todos así,
así nos encontramos,
rodeados de miseria,
de tristeza...
... a nuestro lado.

DIÁLOGO CONMIGO MISMO

El miedo silencioso nos irá matando,
yo he visto bajo la tormenta todo perdido,
caminos a des tiempo, sin ninguna meta,
pasos de hombre en un mundo afligido,

y he visto crecer la hierba como la fiera,
y el Sol bajando por el cielo baldío,
y oxidarse la sangre que nos va manando,
y vencer en lo justo los siempre malditos,

guerras no de hambre, van pasando
dejando huellas en los parajes fríos,
el hombre mata al hombre como una hiena,
carroñero y rastrero hasta consigo mismo,

no es tema de humanizar a esclavos,
el Sol nos va quemando los intestinos,
la libertad tiene un precio muy caro,
la muerte es baldía si no va con instinto,

las fieras parecen más civilizadas,
no acuden a romances divinos,
el hombre que se lanza cada mañana
se va agotando consigo mismo,

se oxida la mente como agotadora batalla,
porque siempre pensamos lo que una vez fuimos,
y no miramos las cosas que nos largan
chocando en la piel como rayos malditos,

mi mundo es un mundo que no tiene nombre,
quien lo puso seguro que estaba aburrido,
ordenar los espacios, sacudir a los tiempos,
clasificar los minutos, que estúpido y lascivo,

ni amor, ni cantos, ni himnos temerarios,
solo importa que yo solo gane contigo,
y si te aplasto será porque eres inútil,
inútil venganza de pobre enemigo,

tu estrategia es una cadena de tu alma,
por mucho que hagas estarás perdido,
ese es el lema que siempre te estampan
y te lo crees como inevitable enemigo,

¿crees que vendes el alma al diablo?
pero si el alma está dentro de ti mismo,
el diablo aparece en tus hechos y actos,
no seas cínico, el diablo eres tú mismo,

eres tú mismo, eres tú mismo,
no traces más discordia,
y no alteres más en tu corazón el ritmo,
deja de acudir a las memorias,
sé imbécil si quieres, pero sé tú mismo,
no te dejes, que otros te acosan,
no te quejes de ti como de un enemigo,
apórtale al tiempo, aporta y aporta,
y dejar de menguar, que pareces un niño.


jueves, 10 de octubre de 2013

MIS BATALLAS

A mí me gustaría un día
contarte mis mil batallas
pero sé que no son creíbles,
que he viajado siempre solo
y sin ninguna espada, 
el silencio lo he sostenido
siempre sobre mi almohada,
una mullida, abstracta y sensible
depravación de un soliloquio
en la maleza de mi cama,
mil musas decoran un antro
donde rinden las enamoradas
en una danza imposible,
colisionan y yo colisiono
entre mis propias trampas, 
cierto es que soy inteligente
pero con estrategias vanas,
con ello la cima inaccesible,
y en este camino de loco
deshilo mi madeja amarga, 
yo solo quisiera ser
una gota ascendente que canta,
no una excepción que resiste
inútilmente en el blando lodo
de las ideas que se apagan, 
no se cuestiona una honestidad,
ni se responde a una pregunta lanzada,
sino intuir una línea invisible
y de este dúctil enlace de plomo
alcanzar la calma anhelada.

MIEDO A LA VIDA

La luz se hace de oro y de sombras
que acaricia nuestro mundo y vida,
y el silencio adquiere sus formas
de aquellas palabras nunca dichas,

la vida es un contraste de historias,
algunas de ellas casi suicidas,
y el amor o es quimera sin honra
o logro que nunca se olvida,

esta lucha que a veces nos desborda
marcan metas a veces vencidas,
luchamos por los que nos adoran
y por aquellas otras enemigas,

dicen que fuimos estrellas, otrora,
y polvo de ellas, y neblina,
lluvia que limpia o que borra,
y también agua que ahoga, asesina,

más no es asunto que nos cobra,
ni alcanza con moda escondida,
viene de cara con su viento de cola,
como atroz rayo o suave brisa,

somos pantanos de flores y frondas,
agua que corre o agua dormida,
según salte el corazón como onda
o se pare por algún homicida,

somos de otros, otros nos rozan,
y somos para otros hasta la voz amiga,
y el odio, y el celo, y la deshonra,
y a veces nada, como la nada infinita,

contrastar mi vida y mis cosas
con las de quien me atañe y me mira,
coexistir en todas las horas,
y acabar con el miedo a la vida.



CONFESIÓN

Confieso no haberte amado
como aman los prisioneros,
los cautivos de los cantos,
o la tristeza del jilguero,

acepto no ser ya esperanza,
ni de tus días los sueños,
ni el rescoldo de las brazas
ni los nervios del silencio,

no pienso que tus abrazos
me acogen con amor sincero,
me he ido yendo tan despacio
que ya ni miras de lejos,

ni un adiós mal expresado,
ni una huella o un acento,
tan solo un vacío vaso
lleno de lagrimeo,

llegará de nuevo el verano
y esta vez si va en serio,
que su calor envenenado
borrará lunas del cielo,

confieso haberte amado
en el celo de mi terreno,
y con la lluvia van bajando
los estériles y tristes tiempos,

no se perderá nada
pues ningún logro era hecho,
tan solo inventadas palabras
entre los planos desechos,

entenderte era fácil,
dejar de ser quien fui siendo,
dejar de ser loco y hábil
con mis bobos pensamientos,

vidas de dos medio cruzadas
clamando amor y besos,
pero la vida es una batalla
donde quizás ambos perdemos,

el fin de toda esta historia
es que se parecerá a un cuento,
que lo meteremos en la memoria
para que nos queme por dentro,

confieso no haberte amado
como deseabas con anhelo,
pero te amé aún fracasando,
y con besos, con mis besos.

lunes, 7 de octubre de 2013

SILENCIO

Silencio, algo se oye, son los silencios,
tímidos vahos entre las sombras,
extraños pensamientos insondables
se retuercen y se chocan,

exigen de la memoria una crónica
de hechos y palabras, no se conforman
con el mero énfasis de las razones
o con los detalles que a la mirada asoman,

el tránsito del día va pasando
como si apenas se marcaran las horas,
nada ni nadie anotará en una agenda
pasados amores que se duermen ahora,

el tiempo es la medida de lo vivido,
el muerto se ha parado y se le antoja
recrearse en el invierno de la noche,
alzando en el réquiem las antorchas,

las caras tapadas con velo blanco
mirando las pisadas de quien llora,
los cantos de las aves son reproches,
el susurro es triste entre las hojas,

morimos, yo me muero en mis pasos,
y ansioso voy huyendo de mi hora,
la traidora marca que me impuso
me señala con la burla y la mofa,

si se me callan no hay ni olvido
ni motivos que me agotan,
si me olvidan en los temas prohibidos
seré temblor de una vela que se agota,

los silencios son siempre más intensos,
detienen la palabra y no brota,
el final de la historia de desentiende,
si no peor, que no existe ni la historia,

pluma lánguida con tinta seca,
papel rugoso como dura roca,
y las palabras lanzadas se me cansan
y las respuestas, eternas se demoran,

asuntos de dos, ya se sabe, así es,
hasta que la trama se evade como una loca,
asuntos de más y sin permiso
entraron por el aire entre las hojas,

yo no podría decir si como a un pobre
mi alma me contempla como a solas,
sí puedo decir que en el desorden
se miran inquietante aquellas cosas,

¿los días pasados existieron?
quiero decir si existieron como ahora,
o ¿es como alguna bella canción
que siéndolo pasó de moda?,

¿o se irá a la caja de los objetos
olvidada por toda la memoria?,
un extraño espíritu les dará consuelo
y les dirá que no son solo historias,

que son la vertiente de la fuente
que enriquece el río gota a gota,
el martilleante latir del corazón
es alma labrada nota a nota,

por mucho silencio que me venga,
mi mente se defiende en estas horas,
y no trazaré ninguna trampa,
cerraré los ojos, y me verá a solas.