jueves, 30 de octubre de 2014

SOFÁ DE TARDE

Las puertas estaban cerradas
donde se hallaba el sofá
en el que todas las tardes
esperaba,

ayer la tuvo allí
besándole la cara,
con las manos limpias
entrecruzadas.

Una foto en la biblioteca
entre la penumbra le embarga,
ayer la tuvo allí
con su sonrisa blanca,

y aún en la copa de vino
sus labios estaban,
el brindis más que ¡salud!
parecía anular un mañana,

y con una música triste
esperaba y esperaba,
una llamada a la puerta,
pero casi nada sonaba,

su respiración lenta
de aire que ahogaba,
un vacío entre los brazos
¿Dónde se hallaba?

Mientras desaparecía
como espuma en arena blanca,
el sofá se iba cubriendo
de ceniza del alma.

Como yo la amé, él la amó,
y porque su memoria desvanecía,
porque su recuerdo poco a poco
se difuminaba,

yo lo suplanté
al morir lo que soñaba,
que los amores son iguales
en cualquier alma,

y porque con su halo
él dejaba
el mismo ayer
en que me entregara,

unos pasan, otros llegan o se van
entre las vidas entre cruzadas,
y, sin embargo, ¿nunca pasan
las penas en el alma?

Con las puertas cerradas
donde se hallaba el sofá,
mi vida se desvanece,
y con las tardes, se apaga.



miércoles, 29 de octubre de 2014

MORA

El temporal jugaba a la contra
pero yo seguía navegando,
de día y de noche entre las sordas
sinfonías del mar cantando,

algún puerto entre las sombras
tiritaba a lo lejos con su faro,
y con las cuerdas yo doy forma
al corazón tan solitario,

el frescor, que a la mañana asoma,
explosiona desangrado,
evocando con mirada mora
el calor abandonado,

y canto de sirenas ahora,
entre gaviotas van llamando
los días que no son ahora,
y el mañana alejado,

se mece el barco entre las olas
de quien vivió junto a mi lado,
y a la orilla van y borran
los besos enamorados,

en algún puerto, ella hermosa,
la recuerdo con su canasto,
de claveles y de rosas,
y de jazmines blancos,

morena, por la Barrosa
se pasea entre los barcos,
y entre risas y bromas
al marinero va cantando,

y yo, uno de ellos, a media ropa,
la sonrío y la encanto,
y se me sube y me alborota
por las redes de mi barco,

conmigo algunas horas
sin saberlo y sin pensarlo,
se paseaba con su boca
por el agua de mis labios,

con la luz de la luna asoman
unos ojos enamorados,
y el deseo de que las horas
nos cuiden sin ir pasando,

una vez la tuve a solas
y nos fuimos navegando,
por las fábulas e historias
de los dos enamorados,

solo una borrasca ahora,
cruel destino en solitario,
con su viento frío en contra
y sin ella a mi lado,

el mar trae estas cosas,
todo arriba o todo abajo,
por la cresta de las ola
o por el abismo de lo amargo.




¿TÚ SABES?

Tú sabes que buscábamos soluciones,
que inventábamos historias para durar,
y con esta idea genial,
nos íbamos alejando,

tú lo sabes bien porque me lo dijiste,
no me digas ahora que no recuerdas,
algo aquí no concuerda,
algo aquí me suena a flipe,

a mí que me decías que era el callado,
y tú la animadora de la fiesta,
y te pones a dormir la siesta
justo cuando te estoy hablando,

y así y con el arma en el ristre
me ibas poco a poco perforando,
o estabas abandonando
o es que ya no resistes,

no nos matamos en el empeño,
más bien todo duraba poco,
era como si dos locos
se partieran por en medio,

y lo triste es que no puedo dejarte,
a pesar de tu abandono,
lo penoso es que no hay modo
de cómo no soñarte,

la verdad es que eres curiosa,
si no te hablo te me enfadas,
si te digo te me encaras,
cuantos líos, cuantas cosas,

te voy a decir una cosa,
yo creo que no quieres saber,
o que no quieres aclarar
el miedo que nos acosa

pero sea como sea
yo de aquí no me iré,
soy pesado, ya lo sé,
pero es mi estilo de pelea.

AGRADECIMIENTO

Yo no voy caminando por el mundo
con amores que se ocultan con pena,
ni vuelo con la ansiedad evitando
los tiempos que apartan ideas,

soy creador de los sueños imposibles,
testigo y faro de quien me venga,
luz de alba para la noche oscura,
sol de sangre para quien siempre espera,

yo no busco el fallo que cita el suicidio,
ni el defecto del prójimo que peca,
ni la debilidad de quien llora por la lluvia,
ni el desequilibrio de quien anda y cojea,

mirarme en mí a través de los otros,
y confluir con ellos, y quererlos, todo sea,
que la entrega no implica una violación,
que el aire sano deja la puerta abierta.

Yo voy caminando por el mundo,
impregnándome de rocas y de acequias,
y por eso siempre vivo con mi amada
dulce tierra que el prójimo entrega.

lunes, 27 de octubre de 2014

DESPEDIDA DEL MAR (JOSÉ HIERRO)


OCTUBRE

A veces, por suerte, me sorprende octubre
alargando el verano que tanto me gusta,
y no con las fresas que es su reina fruta,
sino con cerezas de cepas no cortadas,

y algunas claudias que se sienten envidiosas,
y ciruelas más dulces y vigorosas,
ay este octubre que me parece que insulta
a la frialdad que vendrá sin ser llamada,

esta estación se define por la sangre
aún hirviente por las noches del verano,
recordando mi caricias con las manos
al vientre germinal de mi dulce amada,

quizás yo logré verter en su estancia
granos de vida rebeladas y que crecen,
y en un octubre tan cálido como éste
logré mi sueño por atrasar a la nevada,

así es octubre, el que me llama y descubre
mi erostismo por tus campos de amapolas,
raíz de tierra que se sacia con el agua de tu boca,
octubre mío que te llama y que te abarca,

sin ti, este octubre nunca lo sería,
por más que llueva o reviente la ventisca,
sin ti yo nunca viviría esta conquista,
bendita eres entre todas las amadas.

DE LO QUE ESTAMOS HECHOS

Estamos hechos con el alma alta,
porque creamos noches del día,
días de la noche,
y tardes lánguidas,
y alegres como gaviotas violáceas.

Porque somos zumo
de frutal verano,
regadores de campo,
y porque mano a mano
diseñamos mundos de rosas pálidas.

Porque de tierra nos hicimos poetas.
Porque de aire fuimos por sueños.
Y de hojas abrigos e invierno.
Y de trigo verdes saetas.

Nos hicimos estación y camino,
un diario trasiego del alma,
porque logramos callar al silencio
para que broten las blancas palabras.

Porque de amores vivimos, y somos
amantes de vida y de agua,
de apego hacia otros y otras,
de necesidad de luz, de alba.

Y de sangre por cada latido,
a fuente cristalina de agua,
jardines de amantes, vosotros benditos,
no dejar de amaros con ganas.

Y por un inocente sentido
carente de maldad y nostalgia,
con esta boca, con mi boca te digo
que hiciste de mí la palabra.

Verbo quiero y te sigo,
no va a la deriva mi barca,
con cuerdas de flores he querido
unirme a tus dulces palabras.

Ya son tuyas, yo te las doy,
¿yo sólo con ellas? no son casi nada,
me retornas a un destino imposible,
las quiero grabada en mi cara,

están en papel de mi solo ser,
las quiero grabada en mi cara,
solo mi beso lleva a eso,
solo mi beso ahora te llama,

y un poeta dice a la novia,
y una novia te mira y te abraza,
y un jardín apartado se presta,
y unas plumas rocían la cama.


CADA NOCHE

Sé que estás porque hasta te huelo,
como lobo enfurecido, por la pena y soledad,
tu fresco barro no se puede ocultar,
la fresca bruma te delata con un murmullo,
eco de voz, vuelta a la palabra, dicha por ti,
en algún tiempo pasado, recordado,

siempre recordado como un libro abierto,
de hojas humeantes con amor, con densidad,
helechos descendentes, mojados por la tierra,
eterno hambriento y con su boca vacía,
expectante, como águila en su rama pasional,
sé que estás, como estuviste y estarás,

no ir atrás, lo pasado se ha borrado,
briznas de goma en papel y en alquitrán,
y aquella calle obrada donde transitamos,
coros como niños en el patio trasero,
vergeles de espuma, fuerza de manantial,
siempre huidiza, me sedaste con tu brillo,

nos buscamos con sigilo, nada ya es igual,
por fortuna o por desaire, porque todo sea sí,
la negación de la vida no es simplemente morir,
sino torcer de mala manera la curva
para que arda ascendente e infernal,
sé que estás, por mucho que lo quieras fingir,

te diré por ello y sincero que me place,
lo contrario será de alguna manera engañar
al ave altiva que navega por re encontrarte,
seguimos siendo y no lo ves igual,
y sin embargo estamos, no me mata la duda,
pues te huelo cada noche y cada noche igual.

domingo, 26 de octubre de 2014

LA PARCA

Oh muerte que viniste,
deja tu arma quieta,
no he llegado a mi meta
y ya me desviste,

te llevas mi cuerpo,
mis sueños, mi todo,
y se pudre en el lodo
todo el recuerdo,

si tú no me avisas,
yo debo de andar,
bogar por el mar,
a qué tanta prisa,

disfruta de otros,
los que ya te llevaste,
¿no te es bastante?
¿todo es tan poco?

¿que qué voy a hacer?
esconderme en la vida,
agarrarme a las bridas
que atan al ser,

tu ansia es fatal,
nadie te invoca,
¿por qué con tu boca
mi nombre darás?

quien te permite ser
a la fiesta invitada,
y a la vida sin nada
que se pueda ofrecer,

¿descanso final?,
no digas engaños,
que allí no hay años
ni etapa estival,

y no estoy cansado
de ver el Sol salir,
y de sentirme latir
como un enamorado,

aferrado estoy aquí,
váyase por ahora
que para nada es la hora
de dejar de vivir,

no valen sus promesas,
usted no es fiable,
deje de mirarme
y vaya a otra presa,

y cuando me volví,
sentí el último latido
y un alarido salido
de un sueño infantil.








CERCA DE MÍ Y NADA MÁS

¿Y ahora que hago? ¿cómo te escribo?
¿qué te escribo?

Empiezo por quitar los acentos y apartarlos,
y despues dejarlos
que vayan dando saltos sobre las palabras,
para que pongan el énfasis
donde les parezca,

hacer grotesca la palabra enamorada
o hacer roma la aguja en el corazón,
o risa de la muerte
¡Oh risa de la muerte!
cuánto te envalentonas en tu impunidad,
imaginar que es inquisición la libertad,
desimaginarte de verdad,

reinventarte
y volverte a hacer igual,
como día a día, con agonía, con plan.
¿qué escribirte sin que suene a seducirte?
pero que te seduzca, te busca
este loco intransferible,
este foco girante
hacia atrás y hacia delante
con penetración sustancial.

En tus ojos, también de cristal,
se trazan incuestionable
desde lo divino y amable
hasta lo jodido y la maldad,
como en la lámina de la mar
surcan brillos inestables,
con una fe admirable,
linternitas de cristal.

Sí, en tus ojos, aún nunca vistos,
porque me despisto
sabiendo que llegarás.
Escribirte es para mí un poema,
una dura faena
que no me saldrá,
y como buen cabezota
aunque me vuelva idiota,
ya tú verás.

Eso espero, desespero
de corazón,
no obligación,
no me importa la distancia,
la hora o el momento,
el lugar o el transporte,
el minuto sin asunto,
o el infinito sin cortes,
la cuestión
es que son
deseos que se imponen
por morbo o porque me ponen
o porque me gusta el dolor.

Se escribe sin razón,
o con mucha de ella,
con la luz de una centella
o la muerte del corazón.
Se escribe por decir
que todo ha de devenir,
incluso lo que nunca llega
ni llegará,
pero una llaga siempre está
recordándote tan bella.

Se escribe por pamplinas,
por bromas o fatigas,
porque una y uno
no siempre da dos,
uno va por un camino,
otra va por el mar,
abierta de canal
cerrado y sin destino,
como un surco
indecentemente fijado
laboriosamente trazado
por alguien que sueña abusos.

La escritura no son letras,
el garabateo es coloquial,
iconos que van fatal
si la sangre no entra,

y todo lo que escriba
aunque digas lo que digas,
no te seducirá,
porque tú esperabas
otra cosa,
no sé si una rosa piadosa
o la lluvia en el cristal,
pero para poesía como esas
ya está Buesa,
y para el mar y su encierro
está Hierro,
para el verso labrado
Machado,
y para confetis
Benedetti.

Si esto es lo esperado
ya está escrito y publicado,
solo tienes que dejarme de lado
y cambiar el plan.

Yo no tengo más afán,
ni más deseos ni amores
que describirte mis colores
cuando me haces sudar.
Y con esto te quiero decir
que cuando un poema te escribo
de alguna forma yo ya vivo
en la dulzura de tu paz,
en los bucles de tu pelo,
en las colinas de tus dedos
y en tu sonrisa de bondad.
En la santa y paciente,
y en la siempre prudencia
de tu libertad.
Y en el agua y el pan
que amasas cada día
con flores y alegrías,
aceite y suavidad.

Y te escribo y te escribo,
mil poemas por minuto,
pasando por los diminutos
átomos de mi voluntad,
y en la esperanza y vanidad
que alguno se descargue,
y que no te amargue
y que te haga soñar.

Yo no sé si lo que escribo
vale algo,
o es como un galgo
sacrificado por su edad,

pero sí sé que lo que escribo
es por el sencillo deseo
de verte dar un paseo
cerca de mí y nada más.

jueves, 23 de octubre de 2014

INESTABILIDAD

En cualquier momento y de algún modo
a veces una relación se vuelve insondable,
entonces,
me quedo pensando que no sé qué pasa.
Me quedo pensando si te injurié,
o te ofendí, o te ignoré,
y, si es así, deberías saber
algún detalle más.

O sea, o yo no sé por qué cambiamos 
o es que ayer éramos diferentes.
En cualquier caso resulta evidente
que nos bloqueamos.

¿No te suena como si nunca nos hubiéramos conocido?
O, peor aún, como si ya
tampoco nos fuéramos a conocer nunca jamás.
¡Vaya maldad! - ¡nunca jamás!
algo que muchos dicen que no existe
y sin embargo nos embiste
como la furia del mar.

¿Y ella recogerá todos nuestros días?
¿nuestras voces y otrora empatías?
y ¿se disolverán?

Todo esto lo pregunto
porque sé que es asunto
sin respuesta.

¿Ha terminado la orquesta,
y el ritmo del corazón?,
pues, aunque me dijeras que sí,
yo te devolvería un no
que merezca esta pena.

LA CELADA

En el amor hay un momento
que se torna cruel celada,
una trampa ocultada
que lo parte como hielo,

y sin saber preverlo
lo feliz luego estalla,
y toda una metralla
se nos oxida por dentro,

porque con él y su tiempo
no se mide el corazón,
y por ello sin razón
detenemos nuestro viento,

sucede pues lamento,
tristeza y quemazón,
y te siento, corazón,
quebrándome mi cuerpo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

martes, 21 de octubre de 2014

FUI


MI MUNDO HA TEMBLADO

Yo me había enamorado de todas
a través de ella.
Sucedió entre el final de un año
y el inicio de otro,
incluso era una coyuntura
de siglo y milenio.

Como digo, en aquel momento
me había enamorado de ella,
quizás como icono,
o como la primera que tenía más cerca.
No me importaba mucho
que estuviera jugando
con su novio o amigo
al pie del escenario.
Su sonrisa era casi extenuante.

Ella me sonrió, mejor dicho,
eso me imaginé.
Aunque la curva de su comisura
no delataba ningún presagio.
Pero que importaba eso corazón,
estabas donde tenías que estar exactamente,
como la mano del aguador en su copa,
o la de la dama vestida o no en su sexo.
O como la de Bonaparte
escrutando su chequera,
o la de Cristóbal señalando sus Indias,
y como el doble señalamiento
entre el dios y el hombre
en la Sixtina.
Me pareció igual de trascendental,
histórico,
como el récord imbatido, imbatible.
Demasiado alto el listón.
Demasiado bajo el atleta.

El preámbulo fue un paseo por la orilla del mar.
Porque allí estaba el mar, esta vez cercano
y tan apetecido como el deseo de José Hierro.
Yo no sabía entonces quien era Don José Hierro,
no hacía falta en aquel momento,
tiempo después descubrí que sí hacia falta.
De la misma forma que descubrí
que me hacía falta una de las manos, o dos,
de las muchas que presumen de acogedoras.
Sí, el mar estaba allí,
hoy lo re encuentro con su verde oliva de noche,
su amarillento musgo, su alga,
nalgas de agua, piedra arrojada por las nalgas de agua.

Quizás no fueron muchos metros,
pero sí los suficientes para lograr la lejanía
de unos ojos que no deseaban ya mirar.
La idea era tan simple que no podía funcionar,
empezaba un año que prometía cambiarlo todo,
un año tsunami que engullía la ciudad,
y el barrio pegado a la estación,
y la tienda de la prensa junto a la panadería,
y la panadería junto al bar,
y el bar junto al asistente médico
que me medía una semana sí y otra no,
en quincenas girantes con tonos de monotonía.
Entonces yo cojeaba
como deseando no llegar nunca a ningún sitio,
ni siquiera a Granada o Canarias,
porque saliendo de Córdoba
tuve la extraña sensación que me drogaron,
me inyectaron una pócima de letargo,
me largaron como a un perro sarnoso
que aún rebuscaba basura callejera,
que pedía cerveza como un acto desesperado,
mi mundo ha temblado.

Aún quedaban niños por escuchar,
promesas de hombres y mujeres
desinteresados por mis supuestos conocimientos.
Mi mundo está temblando,
no se templa, ni se contempla,
como un deseo aunque sea mal soñado.
Por eso vine a verte, Ángel mío,
ya que tu comisura me recordó un segundo,
breve como una radiación beta
en la solemne inmensidad del espacio
y del tiempo.

De esta forma, la ciudad se transforma
se amolda como una blanda gelatina,
que será, seguro, endurecida por las lágrimas,
más que de penas de impotencia,
o de prepotencia, no sé distinguirlas.
Mi mundo ha temblado.
Y lo sé,
y me duermo,
y resucito abordándolo.

sábado, 18 de octubre de 2014

OBSTINACIÓN NECESARIA O INEVITABLE

Ahora, que llegué aquí, no pienso en lo hecho,
más bien lo echo a un vacie de asuntos mascados,
con la presumida inocencia de querer seguir,
y con un insolente devenir que anuncia repecho,
donde palpitando el pecho un amor va sudado
ilusamente mojando las marcas de algún fin.

Y te digo, sí, por fin, que aunque fuera maltrecho,
yo nunca te echo por un sentimiento desapegado,
ni me he acostumbrado a sentir sin ti,
y aunque me dijeras que sí, que solo hay deshecho,
restos del lecho donde una vez nos acostamos,
aún creo que nos damos flores como abril.

Pues te digo, que es así, como en todo cohecho,
la vida seguirá con una no a tu lado,
y que aquel enamorado ya no existe para mí,
y si no lo ves así, más que palabras son hechos,
que ya no hay provecho en seguirnos hablando,
como va ignorando al pasado otro fin.

No vas a conseguir de mi tierra el barbecho,
la opacidad del helecho ocultando lo labrado,
todo está grabado con sus colores en un jardín,
y aunque no es así como ves estos hechos,
eso lo sabe en mi pecho el corazón descontrolado
que aún late enamorado por todo lo que sentí.


FUE

Fue como si se apagara el día sin encenderse la noche,
unas palabras trabadas en los labios, misteriosas,
como párpados yertos sobre ojos entusiastas,
o la parada del giro del mundo,
como si las olas se lo pensaran antes de seguir,
como una emigración errónea de aves
que sucumbirán sin remedio,

como unas manos extendidas y a la vez mutiladas,
como una sonrisa congelada en una caja fuerte,
como un paseo por la noche en la oficina de correos,
como un libro mal abierto sangrando como una tripa,
como un augurio con maldad que cae en gracia,
como una verbena de pueblo apagada,
parecido a diez años en cinco minutos.

Fue una promesa que al parecer era reversible,
como si uno pudiera cambiar su mujer y sus hijos
por una noche en un aposento en un palacio que no existe,
fue una noche triste que se reía de las alegres,
una inocente forma de matar mil seres,
la crueldad de un beso con cariño sin marcar tiempos,
como una caricia deshonestamente sostenida.

Fue ella en su letargo quien me quitó la locura por ella,
fue sin ella, sin embargo, que adopté una locura fingida,
y fue con ella con la que caminé y des anduve mis pasos,
y fue sin ella con la que penetré en un camino solitario,
sí, fue con ella, no me importa decirlo ni te importa,
y sí, fue sin ella, como me quedé, solo, rozando los labios,
y fue un sin fue, un sin fuego como nos alejamos.

martes, 14 de octubre de 2014

VOLVER

A veces te recuerdo como un hilo en la distancia
atado entre las frondas a un árbol deshojado,
y diez mil pájaros que vuelan juntos a mi lado
en un baile partido por la ventisca y la nostalgia,

no es que a veces te recuerdo, sino que siempre te recuerdo
con las manos confundidas, con la mirada aturdida,
con la idea que coagula en la luz anochecida,
y con un tono suicida que te salía desde dentro,

y nunca me he olvidado de tu balanceo improvisado,
de tu cercanía física de frenetismo atemporal,
y de mi triste manera con la que te sentía alejar
y de nuestros cuentos diarios que nos regalamos,

yo no sé si percibiste en algún momento la sequedad
que tú labrabas en mí por no  sé que celos o dudas,
o si me delatabas por las heridas puras y duras
que decías yo infringirte con una cierta crueldad,

y casi siempre te recuerdo como alguien en solitario
que noche a noche venía para arreglarme cada día,
que dulce y suave como las brisas de la vida
me aireaba la sangre con esa voz que tanto extraño,

y no puedo seguir cada día intentando comprender
si me quisiste o te quise porque no había más remedio,
o si me quisiste o te quise porque nos fuimos descubriendo
o como la ola intrépida arrepentida que se quiere ya volver.

lunes, 13 de octubre de 2014

DE VEZ EN CUANDO

De vez en cuando salgo de mi pellejo
para indagar con mis otros,
como un alocado potro
o como un agotado viejo,

y observo ensimismado
cuantos mundos voy perdiendo,
y me voy entristeciendo
y me retorno agotado,

y cuando regreso hacia mí
con el amargor en los labios,
prefiero ir ignorando
lo que nunca seré ni fui,

y por eso de vez en cuando
por si acaso me preguntas
a qué viene esta postura
de irme silenciando,

te diré que no soy yo,
sino otra gente extraña
que me inunda y me araña
por ignorarlos como son.

sábado, 11 de octubre de 2014

EL DIÁLOGO

Los silenciosos temas son aquellos
invisibles sobre puntos suspensivos
después de una interrogación,
y aunque vital la pregunta entre ellos
se visten de brumosos coloridos
las respuestas del corazón,

un arco iris y como tibio pastel
engolosinado por la duda del tiempo
la vida rápida discurre,
y con la mirada en el blanco papel
en la espera del alma describiendo
con el sueño que no ocurre,

el sabio dicta discurso al gañán
que en su aposento presume
del yantar de cada día,
y con todo este plan y afán
la sabiduría se consume
por la banal alegría,

el que sabe presume de ignorancia,
y el necio de su filosofía
en giros contrapuestos,
y aunque ninguno da con la gracia
todos muestran sin hipocresía
lo que llevan dentro,

lo que uno siente el otro intuye,
lo que el otro ignora uno más
como vagar por la niebla,
y muchos asuntos se diluyen
en el éter del nunca jamás
sin santo y seña,

las conversaciones de entre dos
pueden ser locuras mantenidas
en sus días y presentes,
y ninguno da con lo que son
los intereses de la vida
conscientes o inconscientes,

el diálogo permanente y sentido
es una labranza de a diario
que se debe regar,
que ya se esforzará el estío
de criar barbecho al campo
de cualquier pensar,

y por eso si yo te dijera
que con mi sangre te voy llevando
como una acequia,
entonces que más yo quisiera
que me fueras escuchando
cuando te acercas. 

PALABRAS QUE NO SE ESCRIBEN

De tu mente, de tu corazón,
espero las palabras que no se escriben,
las que se dicen en el filo del día,
cuando todo está casi perdido,
más, como Fénix,
desentiérrate y dime
las palabras de tu corazón y mente,
por las que casi te jugarías la vida.
Dime pues lo que nunca me dijiste,
tu silencio ya es inerte
porque ya sabías que me mataría.

miércoles, 8 de octubre de 2014

NUESTRO PRIMER DÍA

Yo te esperé, esperaba, esperaría,
como un suave roce del alba
cada día maldecía,
yo te soñaba
fuiste vida mía,
y te hiciste silencio
de madrugada,

el nunca de la noche
yo nunca lo creía,
todo es un reproche,
todo maldecía,

una mala fe incontenida,
una esperanza mal ubicada,
un porche sin silla balanceada,
un humo candente,
una escalera sin guía,

un marinero no esperado,
una gota en la deriva,
un viento frío de agosto,
un fuego interior que maldecía,
un presagio que mal decía,
una espantada,
una fiera empantanada,
una colosal mentira,
un abrigo que no abrigaba,
un cuerpo desnudo
vestido con sus trizas,

yo esperaba que tú esperabas
de algún beso una caricia,
unos ojos que me inundan,
unos ojos que te rindan,
una llovizna amortiguada,
una pista,
un vaivén en la almohada,
cuatro manos que sienten
amantes y convocadas.

Yo esperaba algún día
ajeno al anterior,
a los anteriores,
metidos en los interiores
aún en el alma fría,

yo nunca me creía
que al fin hay un final,
que todo es como igual,
como aquel primer día.

¿Cuánto nos dimos verdad?
parecía tontería,
abiertos a la posibilidad
infinita de la vida.
Que era soñar lo que queríamos ser
y que otro acontecer
ignorado se moría,

casta de poetas al ocaso,
productos de lloviznas,
y el Sol se nos esconde
y la Luna se intimida,
y si acaso yo medito
qué cosa yo diría,
qué cosa yo te lanzo
y que, con ella, re soñaras
nuestro primer día.

LOS SILENCIOS

Hay silencios que no cesan por mucho que les grite,
hay silencios que se nutren del miedo a lo que piensas,
hay silencios que se arrugan y se esconden en sus celdas,
y hay silencios forzados por sus penas, que están tristes,

hay silencios que denotan un grito encarcelado,
hay silencios de tiranos apuntando a sus presas,
hay silencios que se pudren por olvido o por pereza,
y hay silencios de arco iris del eterno enamorado,

hay silencios abrumados por las manos no extendidas,
hay silencios que insinúan que llegará la primavera,
hay silencios luminosos como rayos y centellas,
y hay silencios que se ahogan con la vida mal vivida,

hay silencios que pretenden ahogarte tu verdad,
hay silencios que chirrían como el viento en la madera,
y hay silencios que nunca te estuvieron cerca,
y hay un silencio intenso que corroe tu soledad.

miércoles, 1 de octubre de 2014

FRENETISMO

Nunca hay nada al mediodía, un tiempo sonámbulo,
la noche y el alba se imponen brumosas y presumidas,
 
más en este tiempo del manjar y de la cerveza fría,
se piensan planes elocuentes y rociados con verdad,
 
sin la palabra que responde, sin silencio acontecido,
en un cuento sumergido en aguas que se esconden,
 
y por hechos superpuestos y una historia mal trazada,
se baten anchas alas en los proyectos de los sueños,
 
el día de supuesta horas se malgasta sin vergüenza,
ignorando la inconciencia atada a alguna broma,
 
y por si esto es sin querer, o por nada pretendido,
yo mantengo los sentidos ajenos a mi ser,
 
y medio sostenido en desequilibrio, como hoja efímera,
el mediodía se resigna temiéndose a sí mismo.
 
En la vida siempre hay dudas, en el amor ni te cuento,
y por eso viene el tiempo con temores que te turban,

hazte amigo de una causa aunque esté casi perdida,
que la vida solo es vida y que no te dará pausa.