para sucumbir tras la agonía de trágicos pensamientos y,
una vez más, siento que las personas que amo van desapareciendo
y alejándose de mi vida, y cuando después de tantos metros
de tan largo camino, encuentro la persona de mi propia soledad,
entre ruidos monótonos, como un ir y venir de insignificancias.
que después me corroe al abandonarme,
por la mañana cuando va a su trabajo,
y me quedo solo en casa, corriendo por todos los rincones como un loco,
queriendo oler todos los aromas que dejó en su trasiego.
contra las que ha de librar crudas batallas,
día a día, hora a hora.
Enfrentarse a la marea del abandono,
de la malicia humana, del oportunismo, lo absurdo
marchando de aquí para allá; trabajar varias horas,
consumirse, llegar a casa, cansada, refugiarse en un rincóncon otra persona igualmente quemada.
la timidez,
¿realmente existe el amor?, ¿existe ese dar incondicional?.
para enterrar la pena a que me lleva mi soledad con su lejanía;
amalgamar todo un material corrompido que habita en mí
con la dulzura y la música.
retornar al lugar que nunca debí abandonar.
Ya cuando uno nace parece molestar tanta luz.
Ahora, en cambio, con una tranquilidad absoluta,perdí la palabra y quedó en mis manos solo su imagen.
La imagen tan clara que me aterroriza,
la imagen de mi persona escondida,por miedo a ti y al futuro.
Yo solo no soy nada,yo solo no soy más que falsas palabras.
Allá me escondí, en mi propia mente amarga.
Quisiera sentir otra vez la vida, aunque tanto daño me hiciera.¿Por qué callas cuando te observo?,
al observarte estás en mí; acaso veas en mí también malicia,
acaso me abandonas por mis prisas.
Yo esperaré que hables, esperaré toda mi vida.
son las palabras las que me traicionan,
a veces no debería hablar y a veces me llevo siglos hablando,
o eso me parece, siglos escuchando.
Sé que hablo, escucho y siento, todo lo siento,
nada permanece en la indiferencia,solo yo puedo ser indiferente para mí mismo,
jamás sería indiferente con los demás.
Al pasear solo por la noche veía muchas cosas
y ninguna de ellas las entendía.Era incapaz de razonar; las sepultaba en mi espíritu
y dejaba que dentro fueran cangrenándose, pudriéndose,
para volver al origen, al polvo.
¿Estaba yo solo por la noche?, alrededor flotaban
multitudes de fantasmas, que hacen reír y que hacen llorar, que consuelan y que desesperan, que odian y que aman,
que vuelan y que se aburren.
que efectivamente movía el brazo cuando yo lo movía,
que efectivamente se reía cuando yo me reía.
Por no escuchar volvía la cabeza, y la encontraba sentada
en el banco narrándome todos los horrores y obligándome a hablar, a hablar y a hablar,
palabras y palabras, unas detrás de otras, estudiadas,
analizadas, matizadas, razonadas, acabadas, revisadas.
que le contestaba y, al hablar, la idiota se reía de mí,
como si lo que yo dijera tuviese alguna gracia,
como si algo de lo que yo diga pudiese provocar una sonrisa.
La payasa dice tonterías y me hace reír,
y al expulsar cada carcajada se callaba y me miraba, se entristecía y volvía después a reír.
sé que pretende que acabe en un manicomio,
y allí me dejará tranquilo.
De momento es ella la que me crea el manicomio fuera.
Es ella la que me pinta los fantasmas, mientras paseo solo por ahí.
Mi sombra me roba mi vida.
Y mis ojos ven mujeres, mis manos rozan senos, como un lactante loco.
Todo con una música carente de sentido pendiente de ser escuchada.
Toda una obra de teatro cuyo autor no empezó aún a escribirla,
continuas entradas y salidas de escenas, y entre actos y actos miles de lamentos entre candilejas.
¿Quien fue esa noche a ver mi comedia?,
¿quien se interesó por mí aquella noche?, cuando todos se divierten por iluminadas calles,
por estrechas tabernas, en una confusión de palabras, sonrisas, miradas y besos.
Viven en mí estas escenas que me desbordan
en una expansión que nunca se detiene; hace ya mucho tiempo segregué toda mi esencia
al mundo exterior, y por ahí marcha caótica
la degenerada, rechazada por los astros del cosmos.
¿En qué mundo vivo?, ¿por qué me niego a vivir en este mundo?.
Pienso a veces que la mejor solución es sepultarme,
dejar el resto tranquilo, así no se puede estorbar a nadie. ¿Acaso todo esto es positivo?.
Si yo solo deseo reposar en el interior
de esta intrigante mujer, que me fascina y me absorbe. Solo la tranquilidad dentro de la sinfonía sexual
en la que estoy transportado sin fin.
Como una inacabable realidad.
Si yo lograra callarme y callar a los demás,
quedar todos en silencio, atónitos, la huida eterna que siempre está en nosotros.
Mi problema es que no estoy solo.
Estoy inundado de seres que me miran, me tocan, me escuchan, se mueven y quieren hablar,
especialmente esto último.
Siempre hay que decir algo al parecer,
siempre hay que dar explicaciones al parecer,
siempre hay que justificarse al parecer.
Estoy con quien quisiera ignorar y anhelo estar con quien me ignora.
Extraña situación de desequilibrio emocional. En cada persona que conozco percibo algo preocupante.
Nuestra soledad no se determina por ninguna coordenada.manejo objetos extrañísimos, débiles porcelanas, locos,
asquerosos éxitos, fracasos gloriosos, danzas sobre silencios,
imágenes deformadas, iras y dulzuras, todo a la vez.
Veo borrachos, no borracheras,
amargados, no amarguras,
traumatizados, no traumas,
alegres, no alegrías,
personas, no personalidades,
yo, no mi nombre.
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