Otro dia que pasa y decidido a no llorar,
esperando estrellas que desgarren sueños,
así pasa la vida entre anhelos y vuelos,
entre olvido y celo, entre ira y paz.
Necesito el golpe de la suerte, el milagro,
con la inútil estrategia de verlas venir,
como si la vida fuera que viene hacia ti,
cuando es la muerte la que hace el trabajo.
He decidido no lamentar el fracaso,
disimuladamente y de buenas maneras,
sabiéndome por dentro ser una fiera
que rompe deseos y los deja al raso.
La frialdad es signo de un alma muerta,
por mucho que una voz insinuara un beso,
es una extraña forma de quitarme un peso,
aún sabiendo que se cierra una puerta.
Uno por la vida se guarda los trucos
por si acaso la trampa viene detrás,
o por si uno se vuelve y no hay más
que traidoras garras de cucos.
Esos días grises y precursores del otoño de la vida...
ResponderEliminarUn abrazo.