Que distinto todo cuando pasa,
alejándose en silencio lo vivido,
latidos del ayer que se han ido,
voces prisoneras de alma rasa.
Qué momento decide el final,
llevar lo hecho al lugar olvidado,
qué segundo se torna ya pasado,
qué futuro hay si nada es igual.
Qué decirte si volviera yo a verte,
qué me dirías si me vieras de nuevo,
qué nos diríamos superando lo inerte,
acaso si yo aún en tu alma me muevo,
si acaso yo aún en tu alma me muevo,
desearía re quererte,
partiendo de todo y de nada,
sin trama.
Yo no sé si sabes que ando por aquí
aún con el frío seco de varios inviernos pasados,
intentando mirarte sin re plantearme,
pensando por dónde se agita tu cuerpo.
La oportunidad siempre se tiene,
lo del tren que pasa es puro cuento,
solo es la excusa cobarde del ya muerto,
solo el eslabón adrede partido
para ya no tenernos.
Pasa el tiempo pero nunca pasa,
se queda quieto esperando tiempo,
por el viento y agua de línea rasa,
por tus ojos vivos que yo recuerdo,
y por aquel camino donde nos hicimos
promesas no dichas que nunca han muerto.
Me ha gustado como tratas esa "desviación al soneto" y el mismo cobra vida propia.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades.
PD. Repasa la cuarta estrofa ya que tienes duplicado el verso: "acaso si yo aún en tu alma me muevo"
Gracias Rafael. El duplicado es intencionado, no son exactamente iguales.. Un abrazo
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