También pasamos, no hemos de ser menos,
pasan las estaciones, las lunas,
se cubren de otros los senderos.
Pasamos por la vida con cobardes intentos,
y con la valentía de perderse en la bruma,
nos devuelve su aroma lo que ya ha muerto.
El tránsito en la vida ni es triste ni es ciego,
injusticia sufrimos y amores se esfuman,
y el olvido ataca como guerrero certero.
Y las obras se quedan que dicen los genios,
más sentimos que las nuestras el viento diluya,
hasta en ella está incluso el beso primero.
Se fueron familia, amigos, con sus momentos,
que viven en nosotros, es cierto que ocurra,
más que tímido dolor nos acude por dentro.
No vamos a ser más ni vamos a ser menos,
que el brote y la flor que acaban en fruta,
que a veces por no querida se pudre en el suelo.
La vida es tan relativa que desconocemos su precio,
qué dígito razonable aguanta en la ruta
de los comercios de almas que se van vendiendo.
Qué amores tuvimos que no supimos tenerlos,
qué celos nos llevaron a ahogarnos en dudas,
dónde se fueron yendo los besos sinceros.
Desagradecidos con la vida somos por miedos,
con él fulminamos hasta la inocencia ilusa,
la del amor y la paz que tanto queremos.
Que entre nosotros se entremeten misterios,
y aunque esta certeza pocas veces se duda,
nos gastamos en un monótono valor medio.
Debería ser que gastemos segundos en sueños
traducidos en latidos, y no quimeras que ocultan
el deseo de querer amarnos sin tanto temerlo.
También pasamos, no hemos de ser menos,
pero no aquellos momentos con las manos juntas,
en la noche de los tiempos en la que dijimos querenos.
Es que esos momentos, siempre permanecen en el recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto. Un abrazo
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