lunes, 13 de marzo de 2017

POESÍA CUBISTA

La sonrisa de sus orejas me parecieron un estornudo,
y andaba con la cabeza por los trechos aún no hechos,
se acostaba de mañana para decir buenas tardes tarde,
y se cruzaba con los zapatos de otros que no paraban,

hervía el hambre entre suculentos pasteles de adobe,
y el punto de fuga se movía como un loco parásito,
más se buscaban en los sueños de despierto presagio,
y lloraba como macho cuando llora como sin gana,

se masticaba el empeño como un erizo presumido,
y se ocultaba cobarde frente al dragón de una orquesta,
la cuestión era manifiesta como una bandera lisa,
y se me perdía con mucho deleite esta dureza blanda.

1 comentario: