La noche se agota en la mañana,
se des miembra, se desgrana
encongiéndose en rocíos
de la fría madrugada,
la noche, manto velado
de deseadas miradas,
de anhelados apegos,
de boca deseada,
en su extraño perecer
con el recuerdo y la nostalgia,
la noche se va muriendo
con sus estrellas blancas,
con su cielo lejano,
con su luna de plata,
con sus parques desiertos,
con sus ventanas veladas,
la noche se agota y ya vive
en un rincón de mi alma,
y se va durmiendo y me recuerda
aquel amor que me llama.
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