Ahora está alejada la tierra de escarcha
en que abrigué esperanzas en vano,
aquellos tiempos inocentes, ganados,
inquinos ahora como la dulce manzana,
es tan difuso el sueño que tuve
y tan osado como se tienen las ganas,
tan evidente como marchita la calma
que lentamente me mata y me hunde,
el juego tornó desde una pasión,
una historia que empezara un lunes,
de ya no sé que año ni qué octubre,
como una mirada sostenida que pasó,
vete a saber qué es lo que fue,
quizás medio broma con algo de amor,
o una calentura sin probar su calor,
su leche cálida o su boca miel,
extrañas estas cosas que ahora pienso,
que ahora siento como de otro ser,
en un pasado oscuro, un secreto ayer,
un martillear la mente, y me reviento,
fuistes algo en un sitio de mi camino,
una huella ocultada que no entiendo,
no sé que pretendes, manos extiendo
la inútil esperanza que trae el abismo,
se puede esperar casi toda una vida,
pero no me pidas toda, eso no es digno,
salvo que me dijeras una vez en tu sitio
que entré por amor y sin una salida,
yo sigo aquí como animal solitario,
aguanto una historia malamente vivida,
aquel amor que te tuve, como alma nacida,
en estos secos momentos las voy reservando,
y lo tengo muy claro porque aparecerás,
porque sé que ignoras dónde vas caminando,
porque sé que no sabes que te estoy esperando,
con las mismas palabras y en el mismo lugar,
yo no me apago si tú no te vences,
y aunque suene a fracaso todo volverá,
porque con el amor me valgo para regresar,
eternamente contigo, conmigo creces.
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