Demasiado grande tu mundo
para descubrir tu secreto,
demasiado los hilos
entrelazados,
y el silencio que va cortando
las palabras esperadas,
la pobreza de mi alma
no me quita
obstáculos en mi andar
a tu mirada.
Se siente vencida
con manos desgarradas,
y huida en protesta,
acabose la fiesta
antes que empezara.
Yo te digo, y no te obligo,
que retornes como quieras,
en un viaje de la noche
donde estoy desgastado,
y te viertas, como sabes,
por mi tierra, regando
tu último suspiro,
tu último lamento,
tu beso guardado.
Revolver en mi historia,
mil veces fue fracaso,
la propuesta del borrado
se alza en mi cabeza,
esta idea...
reinventarnos,
pero siendo los mismos
que alguna vez fueran.
Perdido ya el camino
¿Qué riesgo ya corremos?
quizás nos preguntemos
que esto no es sentido,
más ¿Qué sentido tiene
ir envejeciendo
preguntando cada día
si realmente
nos queremos?
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