martes, 12 de mayo de 2015

SIN SABER EL SABOR

Has ido pasando, pasaste, no hay ya sabor,
el final se ha consumido en sí mismo,
desvanecido como una calle intransitable,
como un aborto deseado, sin un don.

El sentido de tu libre albedrío aburre,
se ha cansado el sillón de esperarte,
bajo él, un fino polvo se nutre
del tufo de todo lo que no sucedió.

Y la amargura ya no cura,
ni la desesperanza espera,
decrépita madera
de arboleda que no creció.

Vaya, mi enhorabuena, lo lograste,
pusiste tesón,
lo lograste,
dejé de ser yo.

Y pronostico otros veintes años
pidiendo perdón,
gracias también por las dos mil excusas
para un solo no.

Bueno, todo llega ¿verdad?
me refiero a llegar al final
de ninguna historia,
o a la desmemoriada que me ignoró.

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