Me esforcé, pero estaba ausente,
su mirada perdida me entristecía,
y, rozándola fugaz, yo le decía
el sueño que paseaba por mi mente,
una Luna buscando en la penumbra
las miradas de amores descubiertos,
y la caída a la noche como muertos,
de dos seres alejarse con la bruma.
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