domingo, 13 de septiembre de 2015

SONETO A ROTA

Recuerdo que bajaba una pequeña cuesta
y en una tiendecilla vendían bombones,
uno cada mañana, de distintos sabores,
en papel de plata, verde o argenta,

una brisa de mar azotaba mi rostro,
tenía miedo al agua, pero parecía
marinero de altos mares que endurecía
todos los caminos desde mis tristes ojos,

quizás alguna canasta de blanco mimbre
que portaba sueños y monedas de oro,
un capitán de todos los mares, todos,

el recuerdo primero de aquel timbre,
que lanza mi vida hacia lo remoto
y que, anhelando pasados, cerró los ojos.

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