Cómo ahora descubrir entre signos fríos
si aquellos días fueron reales,
si casi siempre uno vive como el marinero
que tiene lo que el mar le de,
aguas llovieron por el corazón mío,
en ocasiones a raudales,
y decantándose por los tiempos espero
si otra vez te volveré a ver.
La lejanía desesperante de lo que ansío
me provoca rebeldía, por eso salen
sentimientos de soledad en aguacero,
fiebre por ir perdiendo la fe.
Si alguna vez me escribes amor mío,
convénceme que no fueron irreales
las voces, las miradas, los besos,
la sonrisa, definitivamente, tu ser.
Es como un lamento y a la vez una esperanza velada. (Bonito trabajo)
ResponderEliminarUn abrazo.
Últimamente una constante en lo que escribo: lo que una vez fue y ya no está. Gracias Rafael por tu atención. Un abrazo.
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