Te asomas por la ventana y ves
el jardín requemado, inhóspito,
de un verano que una vez pasó,
sientes tus lágrimas inútiles,
como lluvia al barbecho
que no has de beber ahora.
En alguna parte del fondo del ser
se olvidan los recuerdos insólitos
de una inesperada pasión,
o no, no se olvidan, son útiles
usados en algún momento del trecho,
que no has de usar ahora.
Pero bendita sea la hora de aquel querer
en la penumbra de un lugar recóndito
donde nos dimos amor,
y a sabiendas que las cosas no eran fáciles,
no olvido jamás aquellos hechos
que al parecer olvidas ahora.
Recuerdos, nostalgia y hasta un velado reproche, se pueden ver en estos versos, ¡felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, un poco de todo. Gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarJamas se olvida, los momentos hermosos prevalecen por siempre en la memoria...muacksss ¡¡
ResponderEliminarAsí es, muaakss
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