miércoles, 3 de abril de 2013

LA FUERZA DEL OLVIDO

Que tremenda la fuerza que tiene el olvido,
parece un vendaval que no se puede parar,
una mezcla agridulce de paz y castigo,
una cascada rápida ansiosa hacia el mar,

que extraña la fuerza de no estar ya contigo,
que calma sufriendo, que silenciosa maldad,
mis brazos bajados ya no serán cautivos,
las alas que le nacen no me servirán,

en la cadena oxidada lágrimas he vertido,
he intentado el camino del caballero, el plan
de buscar por los bosques supuestos amigos,
y encontrar cimas donde poder escalar,

y sentarme a la vera del agua de un río,
y saltar sobre ella y no naufragar,
escuchar el rumor de los bosques divinos,
y soñar o morir, y morir o soñar,

en estos momentos el tiempo no es testigo,
el alba y crepúsculo parados están,
parecen saberme solitario y perdido,
me esperan en su infinita bondad,

yo no sé si seguir, estoy confundido,
fuerzo el destino de que me vas a llegar,
por el mismo camino que he recorrido
o por el que está delante y no me atrevo a cruzar,

que tremenda la fuerza que tiene el olvido,
que hasta al amor es capaz de hacerlo olvidar,
y borrar de los papeles todo lo escrito,
y sin saber a donde, reiniciar el andar.

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