martes, 2 de abril de 2013

PROPÓSITO DE ENMIENDA

Supongamos que vamos tranquilamente paseando
en una mañana plácida por el parque de la ciudad,
hablamos sobre algunos asuntos diversos y dispersos,
nos va sirviendo para irnos situándo, ubicarnos,
no necesariamente con carácter retroactivo,
más bien como toma de conciencia del presente
y búsqueda de alguna pista para el futuro inmediato,

tu charla es tranquila, sostenida, marcando los tiempos,
yo devarío y en estos asuntos indagas mis contradicciones,
esperas respuestas, no se cierran las interrogaciones,
la alameda dulcifica, la fuente está alejada,
las aguas brotan, su origen perdura, su meta es lejana,
yo estoy pensando en flores de invierno tenaces,
tú luces tu brillo en los ojos, imploras canciones,

el mundo es un mundo alejado y cercano,
como el cielo profundo, como el Sol aspirado,
deformo la esencia, tú me preguntas acerca
de causas inciertas, de logros parciales,
yo te contengo, agarro tu mano y la elevo,
las aves del parque se la juegan volando,
y hablamos de cosas que sí están en las manos,

los imposibles para otros, los utópicos y demagogos,
somos prácticos como marineros a bordo,
el beso subyacente mariposea entre la hierba,
la tierra está húmeda, las gotas culebrean,
el mundo entre los dos aún no está escrito,
nos queda un infinito que asusta de veras,
el inicio es tan delicado que el a posteriori aterra,

y me preguntaste que quería, yo quería tus ansias,
y tus alas anchas tiritaron como con frío,
yo te hice mío, tú me hiciste alma ganada,
y entendimos que nada valdría para nada
si aún con murallas rompiéramos este camino,
este paseo que mimo y que siento tan tuyo,
este arrullo tuyo en el que yo me re invento.

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