El viento era un alarido gris y frío
que me recordaba tu amarga ausencia,
giraban las luces con loca impaciencia,
el mundo era enorme y vacío,
sentí las soledades en la tiniebla,
sentí mi corazón solo y herido,
preferí por un tiempo tus ojos de odio,
el mundo era enorme y vacío,
el cielo bramaba con truenos impíos,
salí de mi auto, mi cara era un drama,
cerré los ojos, encarcelé mis lágrimas,
el mundo era enorme y vacío,
las guardé como se guarda el alma,
las encerré en mi corazón hundido,
mis palabras eran gritos de lástima,
el mundo era enorme y vacío,
no cuestionaba cuál era mi camino,
solo me atrevía cuando me descalzaba,
sentir en mis pies la fría barrizada,
el mundo era enorme y vacío,
mis manos fueron de unas manos de dama,
mis ojos fueron meta de unos ojos limpios,
mi boca fueron campo de unos besos de llama,
el mundo era enorme y vacío,
no me otorgó ni despedida ni signo,
ni siquiera una carta escrita sin ganas,
solo fuí llama por gotas de lluvia apagada,
el mundo era enorme y vacío.
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