Cuando te abres como pétalos humedecidos,
muestras tu interior de cálida agua,
me invitas a que entre en tus interiores
y te haga vibrar en idas y vueltas,
cuando abres los labios fuertes, seductores,
y acaricias con ellos el clímax de mi placer,
cuando tus dedos en piel diseñan colores,
y cuando me sientes en ti crecer,
entonces, entre la penumbra rosada
de tu piel de melocotón bordado,
entre los perfiles de las fresas yo te beso
y me rindo en la noche enamorado,
y en el susurro de tu gesto, de tu empeño,
de tus miembros abrazándome con ansia,
yo me siento eterno, feliz y tierno
atado a tus manos de fiera esclava,
me miras y cada vez más me agrandas
y sigues con los besos y en tu aroma,
y roces de la piel sin palabras
yo voy buscando por tus formas,
retornas como círculos de vida,
con flujos que riegan mi cara,
me convoco en tus pechos inflamados,
mis manos sienten ávidas tu llama,
llama que arde como cálido aire,
albor de los deseos en la piel,
camino por los labios y por tu ángel,
miel a cuya esencia yo me fui,
contacto incandescente por tu cuerpo
latido estremecido de los dedos,
ligeros, suaves, se agradecen
en los flujos por tus muslos de mujer,
retomamos los besos apasionados,
con boca sedienta de agua por la piel,
suaves pasos por caminos ansiosos
que poco a poco entran en tu ser,
devorar con delirio tu fruta,
en la que no me puedo detener,
muslos atados por tus piernas
en la infinita cota del placer,
definitivamente entregada y abierta
con susurros de promesas encendidas,
mil plegarias de erotismo revestidas
para que entre con la fuerza de un volcán
Quieres arder en toda la embestida,
explotar en tus caderas que se ciñen
convulsionar tu cuerpo en mi cuerpo
y sentirte hembra de placer,
derramado en ti mi presencia,
derramado en ti el cálido amor,
yo beso tu boca dulce y tierna
y te vuelco el amor de mi ser.
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