jueves, 12 de febrero de 2015

HOY, MAÑANA, PASADO

Hoy es hoy,
mañana mañana,
y pasado pasado,
dos pasados,
el mañana de mañana
y el que ya ha pasado,
toda una maraña,
todo un enredado,

se dice que se viva el hoy,
pero, si no hay mañana,
para qué vivirlo,
bueno, al menos eso uno tiene,
lo otro pueden ser pajaritos,
y para qué también vivirlo
si ninguna historia ya pasada
lo asienta,
¡qué más da!
si revienta,
alguna metralla florecerá,
y te traerá,
te traerá:
calles desconocidas,
gente que por ahí canta,
y sonríe y llora,
y ríe y adora
la vida que se les dió,
los que no exigen condición,
los que andan por los perfiles,
los más gentiles de los gentiles,
los más amantes de la vibración,
los niños que aún juegan,
en los patios o en las aceras,
la mujer que viene y va
buscando flores en el mar,
los mayores que debaten
asuntos de rescates,
bares emergentes,
bares sumergidos,
gente que han venido
de cualquier lugar,
para vivir y trabajar,
para dignificarse y amar,
los que arriesgaron con su vida
la vida amiga,

a los solidarios,
a los que sienten,
a los que llevan la frente
alta como un campanario,
los que extienden los brazos,
los que dan abrazos,
y hasta los locos que, por serlos,
te dicen verdades a diario,

nada es cíclico, todo avanza,
pero no hay matanza
en la vida que se te da,
sino hojas a la memoria,
luces y sombras de las historias
que te acompañan sin parar,

vive el hoy, pero si lo vives,
hazlo con el mañana, con el pasado,
con el de mañana de mañana
y con el que ya ha pasado,
en todo eso estás tú,
como el verde del amarillo y azul
que se quieren y se alcanzan.

Hasta puedes detener
el tiempo sin querer,
el último rayo, cuando aquel ensayo
de besos y ternura,
ser mío, alma pura,
todo vive y perdura
con el amor y la fe.

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