domingo, 1 de febrero de 2015

JUNTO A AQUEL POEMA

He escrito de una manera atolondrada,
en cualquier sitio, de cualquier manera,
nunca durante años,
siempre durante segundos,
sin plan ni norma,
a veces sin sentido ni forma,
otras a golpes de latigazos,
con la regla milimetrada,
o sobre el pasquín de un faro,
casi siempre sin un por qué,
casi nunca a verbo amado,
poquito a poco, como debería ser,
o corriendo y acorralado,
no permitiendo ninguna historia,
y montando un enciclopédico ensayo,
queriendo ver lo que no se ve,
cegándome con lo que tengo al lado,
muriéndome algo cuando toca al fin
el final de un poema desorbitado.
Con una pluma, de un plumier, en un cajón,
o con un pincel sobre harapos,
con excusas para no hacerlo,
sin excusas para no intentarlo.
Al amor, a la verdad, y al no se qué,
a los pájaros y a los corsarios,
apareciendo un príncipe verde
que se mariconea azulando,
apareciendo una princesa rosa
que se golfea rozando.
El poema, digo yo, debe ser
con un ingrediente de escándalo,
otra cosa será boca contenida
como mariposas en el mariposario.
No es un principio que quiera establecer,
¡válgame dios! o quien sea, es que es raro
para mí al menos que suene a panfleto
camuflado de puro teatro,
porque quien no quiere con desmesura
desvestirla y verla andando,
como andan por ahí, eso dicen,
las nínfeas por los palacios,
porque el poema, sea o no honesto,
sea sincero o sea falso,
debe tener al menos
un poco de acidez en los labios,
como el amarilleante espejo a la noche
mostrando soles masturbados.
Y habiendo poemas que cuentan historias,
y otros sin cuento y pesados,
la cuestión es que digan lo que digan
estén ya vertidos en el espacio,
pues lectores hay los de todo tipo,
porque hay todo tipo de amor en todos lados,
unos esperan las flores refrescantes,
otros esperan clavos oxidados,
unos se babean sofocantes,
otros se sienten injuriados,
a unos les provocan armonías,
a otros les sugieren chalado al paso.
El poema, vivo o muerto, pero poema,
rara forma de decir se nos ha dado,
empieza uno con ironía
y acaba uno medio llorando,

así te lloré yo un día, junto a aquel poema,
donde imaginé, que me habías hablado,
así te imaginé yo un día, junto a aquel poema,
donde te lloré, pues me habías besado,
así te besé yo un día, junto a aquel poema,
donde te hablé de un lugar soñado,
así te hable yo un día, junto a aquel poema,
donde te besé, con lágrimas en los labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario