viernes, 13 de febrero de 2015

REVERSO Y ANVERSO

En el reverso del papel del banco trazo letras,
y las noto inquietas al verse inmersas en verso,
son humildes, y por eso, suspiran tenuemente,
las persuado tercamente, se quedan quietas,

que son sus tretas ir cambiando el sentido
de un poema entristecido en algo más alegre,
a vuelta me sorprenden con su baile inocente,
más yo, indiferente, las retorno hacia mis versos,

como quiero todo eso en el lugar que no se debe,
furia e ira nunca ceden al romántico inocente,
opto por cuento indecente aunque protestan,
y me montan una orquesta de dulzuras y besos,

mi afán es todo eso que dicen del que quiere sumergido
los deseos ya partidos y quemados en los sueños,
el sendero de los dueños de fábulas grotescas,
ridículos en su gresca, endurecidos como acero,

Este idiota, siempre a cero, recreado en lo malsano,
y en todo lo complicado con lo que se expresa,
parece querer lesas a sus letras obligando,
e irlas mareando para que oculten lo que quiero,

para que oculten a la que quiero, que nunca sepa nada,
no saben que promesa largada es promesa por cumplir,
desde el día que la vi hasta los finales de los días,
¡ay estas letras mías ajenas a lo que quiero!,

pero llegó el momento que el reverso se me acaba,
y de seguir con la trama la hoja he de voltear,
y al hacerlo y al mirar me quedé alucinado,
pues el banco me ha restado a ella en el anverso.

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