Apenas empecé a escribir mi vida contigo
y ya cometo faltas de ortografía,
acentos que están donde no deben,
y paréntesis como momentos muertos,
inicio una historia en la que los signos
no respetan del todo esta poesía,
en la que lo futuro, más que aparecen,
se desvanece en sueños desiertos,
y la palabra que te llama no la consigo,
no convierto en calidez tu mirada fría,
el contenido aparece y desaparece,
tu deseado amor se torna incierto,
apenas te vi temblando por El Postigo,
espléndida como una flor, mañana mía,
viento invernal que al alma mece
por las orillas del final del puerto,
eres tú el tema que yo persigo,
desde que empecé ya te soñé mía,
y sin embargo un eco desaparece
con la última nota de un concierto,
hacia parte de mí yo te digo
que me sucedes con melancolía,
más no de pena sino que crece
el latido desde un corazón muerto.
Apenas te conocí y en esto te bendigo,
pues aún muriendo parte del alma mía,
la otra es tuya, la que no perece,
será semilla eterna de tu huerto.
Bonitos versos con ese sello inconfundible que les pones.
ResponderEliminarUn abrazo.