Yo te quise decir
muchas cosas que llevaba dentro,
antes no me atreví,
y ahora... ahora estás tan lejos.
Las manos una vez extendidas
para recoger el fruto del aguacero,
la mirada sorprendida
de la sonrisa de un lucero,
yo te lo quise decir
y ahora predico en el desierto,
¿Cómo pude no decirte
tantas cosas que tenía dentro?
Es algo muy común y nos pasa a casi todos.
ResponderEliminarUn abrazo.