Prometí no volver donde no me esperabas,
iban sangradas nocturnas horas de espera,
de risa y tragedia, de horas marcadas,
de bloques de gente sin escaleras,
esto es de veras, se tuercen los monólogos,
buscas un logro y te encuentras ahorcado,
el reo se ha matado sin ayuda de nadie,
o quizás alguien le empujó sin mascarlo,
joder con el Carlos, en qué pensaría,
yo creo que quería parecerse a uno bueno,
a uno de los renos del señor Zacarías,
o al Peter Pan agarrado a los cuernos,
o al infierno de Cleopatra y su cantina,
o a Cantinflas desabrochándose el ojal,
como si no fuera capaz de no equivocarse,
o un homenaje darse con una fulana de tal,
pero esto es tal cual y no me lo invento,
así y de momento se reunieron en un café,
un papa y otro usted para conectarse un momento,
como quien en barlovento no sabe qué hacer,
pues sí, este usted, que desde aquí le suplica,
que no le salpica, aunque lo pretendiera,
las calles y aceras se dicen y mastican
con el hambre de dos locos en la guerra,
por eso no hay perra que me compre una vuelta,
no hay marioneta en este tipo sin hilos,
no hay más vecino que el del hola a las ocho,
no hay más tramposo que yo sin sentido,
nunca me he ido, de qué rollo me hablas,
tía, me amargas, eres absurda y lamentable,
y no me insistas que te hable de lo que tú pasas,
tranquilita en tu casa, no te vuelvas inestable,
allí eres hasta amable, como una dama educada,
y adiós por nada, joder, qué cosa más tonta,
aquí se amontonan palabras sin nada,
que lo que manda es surrealismo y broma,
y de esta forma yo presagio que esto acaba
como si nada, total si no entiendes, para qué,
dime, para qué, tanto poema a la mar salada,
si en ti se masca una estúpida forma de ser.