Escribo por la esperanza de un signo anhelado,
por lo que se me ha quitado sin entender,
desde una extraña mujer a la que había amado,
y con las manos cansados abiertas al ayer,
desde el verbo ser hasta el ansiado estar,
por una verdad de la que sigo sin saber,
por llevar a mi haber una pequeña claridad,
por una voluntad de renacerla otra vez.
Escribo ya desesperado y no puede ser,
no sé que haré después de la tentativa,
parece ida y venida el sucumbir y a la vez
una forma de querer a quien ya se iba,
desde una noche de locura fugitiva,
desde que anida en mi alma su olvidado tez,
y la lejana vez que me besó sin medida,
y hacia la huida de que alguna vez la veré.
Escribo desde lo más hondo de mi ser,
sobre un papel donde voy trazando un desplome,
quizás me incomode pero qué le voy a hacer,
si no quiero tener comodidad que me agobie,
y desde el lugar donde vacié con desorden
aquellos acordes que en toda ella posé,
y así pretender recuperar toda su orbe,
y renacerme desde ella, la que siempre amaré.
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