Caminar tan peregrino,
esperando tu mirar,
valentía de este camino,
¿dónde me llevará?,
mi alma, no es mi destino,
ni el aire por respirar,
otra vez me he perdido,
no sé cuantas van ya,
¿qué espero de la mujer?,
¿siluetas de mis
sentidos?,
no sé qué querer deseo
querer,
y qué mujer me lo ha
prohibido,
quizás vendí mi corazón,
mi alma, no es mi destino,
me duele como honda herida
que no supieras quien he
sido,
malgastado por la
soberbia,
por la vanidad, por el
vicio,
quise ser quien no era
y tú quisiste a quien no
he sido,
por eso me abandonaste,
mi alma, no es mi destino,
deja que lo último que
haga
sea
amarte en este escrito.
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