Se precipita el final de este acto
y sorprendió por no estar escrito,
el guionista no cobró el adelanto,
la ventanilla cerró despacito,
se quedo una lámpara encendida
sobre el oscuro anfiteatro,
y en escena una silla y una escoba
y un cajón y un retrato,
aún bailaba la telonera
la música de un violín trágico
mientras bullían por los pasillos
rumores de tonos áridos,
se durmió la musa, silente,
se cuarteó la madera del patio
donde emergió una flor escondida
que timeaba con su engaño,
la heroína fue a dormir al bosque
del fondo del escenario,
con una extraña sombra de pena,
con un beso nunca cerrado,
no hay obra y se estrena mañana
pero se anuncia un trágico acto,
gotas de pena en mi alma aparecen,
cuando te veo huir tan despacio.
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