lunes, 12 de noviembre de 2012

ULTIMAMENTE

Ultimamente no sé qué escribir,
no se me ocurre nada,

solo se me ocurre decir que el camino está poblado,
que las sendas no son los caminos,
y que la gente se han volado,

y también que la ciudad está prohibida,
que se duerme de aburrimiento la vida,
que no sé donde estoy nadando,

solo se me ocurre que el tiempo se ha parado,
que el minutero va a la deriva,
que el espacio se ha vaciado,

y también que se estorban los enamorados,
que empujan y con las bridas
como caballos desbocados,

solo se me ocurre silenciar la palabra,
ver la palabra en la ruina
y sembrarla en un sembrado,

y también que los locos son los cuerdos,
que los cuerdos solo deliran
y que ninguno escarmentamos,

solo se me ocurre no escribir nada,
que estas palabras vayan deprisa
hacia los huecos fracasados,

y también que cierre la llave
en el cajón y que maldigan
por lo siglos que las he callado,

solo se me ocurre que vas a leerme,
y meditando sobre estas rimas
y pensando que estoy amargado,

y también que vas a decirme
que me deje de pamplinas
y que no vacile de ser tan raro,

no se me ocurre nada que escribir,
salvo que el tiempo está volado,
salvo que limpio las repisas
de los armarios rancios,
de las noches fugitivas
y de las charlas en vano,
de la soledad amarilla
y de mis huesos enanos,
y de la sonrisa mal parida
y de este mirar extraño,
y de las palabras prohibidas
y de la ironía del encanto,

solo se me ocurre escribir por que tú estás
en algún momento de este espacio
y en este tiempo en concreto
leyendo estas palabras
e intentando adivinar
por qué este mensaje extraño,

solo se me ocurre callar un momento,
no decir nada, mostrar mi sonrisa,
que mis arrugas han formado,

y también que sé que ignoras
por qué fuerzo con prisas
 y te lo voy a decir de una vez:

porque me duelen las manos,
porque me duelen las manos,
porque me duelen las manos,

porque me duelen las manos de romper
mis desgracias del pasado,
porque me duelen las manos de volver
a la esquina que ya he pasado,
porque me duelen las manos de ver
el daño que me has causado,

y porque me duelen los ojos,
y porque me duelen los ojos,
y porque me duelen los ojos,

y porque me duelen los ojos de mirar
a las nubes que han matado,
y porque me duelen los ojos de observar
como el amor se han enfriado,
y porque me duelen los ojos en el mar
con sus azules desgatados,

ya no voy a escribir más,
que mis piernas se han agotado
de andar por los caminos
que siempre van cuesta abajo,

ultimamente no sé qué escribir,
no se me ocurre nada,
salvo una sola palabra
que siempre he llevado,

yo sé que quieres saberlo
y yo quiero que tu lo sepas,
pero si lo supiéramos los dos,
quizás, solo quizás,
dejaría de ser un secreto,

perdóname que no te la diga
pero sé lista,
búscala entre tus manos.

1 comentario:

  1. Nos paralizamos nosotros en nuestras propias angustias, nos aburrimos de aburrirnos, perdemos la esencia de las cosas por no abrir bien los ojos y no reconocer el grado de experiencia que nos otorga sortear baches cada minuto de cada dia, de cada año que nos seguimos aburriendo de estar vivos...
    Sabes? tras una ola, viene otra y otra...lo que parece repetirse en la infinita monotonia del universo, es completamente diferente no hay dos instantes iguales ni dos olas iguales. Así no hay dos amores, dos poemas, dos gotas de agua iguales..y nosotros estamos aquí para verlo y para escribirlo, porque tenemos ese poder, el de la palabra, el de la comunicación. Y si nos duele el alma...ese dolor es parte de esa fuerza que nos aníma seguir escribiendo y luchando, aunque a veces creamos que no tenemos nada que decir. Muacksss

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