Aquí está, la mañana,
que dicha a la mañana,
contigo hablar.
Un buenos días caliente,
humeante como el café,
aún vapor en los cristales
con gotas de miel,
en tus ojos aún los sueños
que me quisiste contar,
en el cazo está hirviendo
agua sin soledad.
Aquí está, la mañana,
que dicha a la mañana,
contigo hablar.
Siempre vienen evidente
algunos temas del ayer,
y me sigo enamorando
de tus ojos de miel,
y de tu pelo de viento,
como hija de la mar,
la radiante manera
de tu milagroso mirar.
Aquí está, la mañana,
que dicha a la mañana,
contigo hablar.
Remonto vuelo contigo
sobre colores, florecer,
sobre cada mullido día
donde volvemos a ser,
y a la noche, tras la vida,
otra vez queramos dar
como amantes que se citan
en la azul inmensidad.
Aquí está, la mañana,
que dicha a la mañana,
contigo hablar.
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