Empiezo esto de nuevo, como si no hubiera dicho nada,
como si lo expresado debiera evaporarse,
debe ser ducha diaria, cada día un hombre nuevo...
que no haya un recuerdo marcando la boca,
ninguno de esos cariños que iban transcurriendo.
No es re inventarse ni descubrir nada,
es que alegría o pena pagada deben largarse,
ya no sirven de nada, quizás, tampoco sirvieron,
la vida no debe ser viento arrastrando una sombra,
como el latir nuevo ignora que otros latieron.
Ni debería mañana ya parecerse a nada,
ni perder el tiempo en contabilizarse,
es decir, hacer balance de cosas que se hicieron,
no habrá oficina donde todo esto se cobre,
nadie pagará mis tercos recuerdos.
Que tuve una vida, puede,
que yo me la impuse, vale,
que otros me dieron,
no saben...
el fluir de las vidas de uno
no son riachuelos...
más gotas de sangre
que nunca vivieron.
Y todo se expande como una esfera
siguiendo leyes de universo,
y nada de esto
recuerda una espera.
Me quemé con todo aquello que pudiera quemarme,
y reconozco arrepentirme mucho de lo hecho,
ya porque desde que naciera,
o por estúpido a sueldo.
Lo que dije, olvídalo, no fue cierto.
Déjame olvidarlo,
te ruego primero,
déjame abatirme como el último acto
del que mató a otro por celos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario