sábado, 11 de abril de 2015

LOS BARCOS DEL PUERTO

El puerto, los barcos, se mecen
por agua que late en silencio,
los miro, callado, escondido
entre redes y enseres del puerto.

Las cuerdas verdinegras tensan,
destensan, como músculo o nervio,
en ese momento rememoro
aquello que tuve, está lejos.

Si me olvido ato el instante
bajo el gris morado del cielo,
oyendo los huesos carcomidos
de la madera, de barcos marineros.

Salen, vienen, van y trajinan,
picoteados por gaviotas al viento,
airean con la marea encendida,
yo efímero, soy un momento.

La escena caduca, se olvidará,
mañana en ellos, todo es nuevo,
más para mí estará eternamente
este latir de los barcos en el puerto.

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