El miedo silencioso nos irá matando,
yo he visto bajo la tormenta todo perdido,
caminos a des tiempo, sin ninguna meta,
pasos de hombre en un mundo afligido,
y he visto crecer la hierba como la fiera,
y el Sol bajando por el cielo baldío,
y oxidarse la sangre que nos va manando,
y vencer en lo justo los siempre malditos,
guerras no de hambre, van pasando
dejando huellas en los parajes fríos,
el hombre mata al hombre como una hiena,
carroñero y rastrero hasta consigo mismo,
no es tema de humanizar a esclavos,
el Sol nos va quemando los intestinos,
la libertad tiene un precio muy caro,
la muerte es baldía si no va con instinto,
las fieras parecen más civilizadas,
no acuden a romances divinos,
el hombre que se lanza cada mañana
se va agotando consigo mismo,
se oxida la mente como agotadora batalla,
porque siempre pensamos lo que una vez fuimos,
y no miramos las cosas que nos largan
chocando en la piel como rayos malditos,
mi mundo es un mundo que no tiene nombre,
quien lo puso seguro que estaba aburrido,
ordenar los espacios, sacudir a los tiempos,
clasificar los minutos, que estúpido y lascivo,
ni amor, ni cantos, ni himnos temerarios,
solo importa que yo solo gane contigo,
y si te aplasto será porque eres inútil,
inútil venganza de pobre enemigo,
tu estrategia es una cadena de tu alma,
por mucho que hagas estarás perdido,
ese es el lema que siempre te estampan
y te lo crees como inevitable enemigo,
¿crees que vendes el alma al diablo?
pero si el alma está dentro de ti mismo,
el diablo aparece en tus hechos y actos,
no seas cínico, el diablo eres tú mismo,
eres tú mismo, eres tú mismo,
no traces más discordia,
y no alteres más en tu corazón el ritmo,
deja de acudir a las memorias,
sé imbécil si quieres, pero sé tú mismo,
no te dejes, que otros te acosan,
no te quejes de ti como de un enemigo,
apórtale al tiempo, aporta y aporta,
y dejar de menguar, que pareces un niño.
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