No sé qué hacer por la noche,
no sé por donde tirar,
todo se vuelve tan absurdo,
tan poca fruta sobre madera,
tanta ligereza en la palabra,
acabarán en la apariencia
de que todo fue nada,
parece mentira
que estuviéramos tan cerca,
tan cerca tan cerca
que algún choque
fue inevitable,
y nos lanzó al espacio vacío,
al más eterno de los silencios,
y al corazón hundido,
no es posible
que nuestras miradas
se conviertan en nada,
no es posible que el roce
de pieles y manos
a la nada se desborden,
algo debe haber
que no sabemos comprender,
quizás si rompiéramos las palabras,
si las voces fueran
desde más adentro,
desde mucho más adentro,
hasta desde esos yo
que ni conocemos,
y estoy seguro
que nuestras manos
siguen extendidas,
esperando
hasta cuando sea
que nos retorne la brisa,
y de no volver,
ambos sabemos
que inevitablemente
nos irá matando
alguna herida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario