Se va cociendo en una vasija de barro,
un poco de frescor y unas gotas serenas,
trozos de arpegio, semillas de geranio,
algo de sortilegio y lumbre a la candela,
las vueltas con fe y muy despacio,
para que se doren por dentro y por fuera,
ve enjuagando los frutos del campo,
y cuida el tiempo si los maceras,
tu comensal te muerde los labios,
tus manos de dulzura lo esmeran,
dos copas de vino, mientras tanto,
por vosotros dos chismorrean,
y en el horno como si fuera presagio
la carne tersa se aletea,
enjugada de un vino de antaño,
y una limonera primavera,
con un cielo de azul estrellado,
tus ojos por él se pasean,
y con la punta de tu lengua has probado
el sabor de él tras la cena.
De postre él te dio y despacio,
un beso mirándote, y deseas
que friegue contigo los ratos
con burbujas de cariño y de estrella.
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