No estaba por la labor,
pensaba en una queja,
miraba por mirar la prensa,
mientras tomaba café,
y yo no sé por qué,
giré la cabeza un momento,
sería un presentimiento,
pero tú te acercas,
y me preguntaste
¿a qué hora llegas?
sorbí las últimas gotas
y al final pensé,
siempre a las horas
de los últimos lamentos,
y te sonreí con una mueca
de la que no te alejas.
Y dime, ¿Qué lees?
¿Qué lees en esa vieja prensa?
cosas que pasaron un día
de un año que nadie recuerda,
las noticias que tú me dejas,
la relación indiferente,
cuando una vez mi mente
te expulsó de mis rarezas.
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