de las
calles encoladas con pasquines,
con tu
bolso de eterna primavera,
amiga
rompedora y serena
a la vez
de lo vanal
y con los jardines,
a la vez,
exhausta y cantera,
de palabras
adormecidas,
filantropía
a tu manera
tanto de
los que no te esperan
y a la vez
de los que
no quieren tus idas,
y a la vez,
mujer faenera
y un ser
del mundo,
donde
querer es una entrega,
donde
recibir es una vega
y a la vez
un
laberinto de nudos,
si es que a
la vez que escribir fueras
a reanudar
el verso desde cero,
pensar que
nada es como era
que lo que
era fue seca siembra
y a la vez
estelas de
los luceros,
si a la vez
tu corazón se partiera
en trozos
que andan por ahí,
huyendo de
lo que hiera,
más del
callado que de la fiera
con mirada
que a la vez
se abren y
se cierran por fin,
Tú, amiga,
a la vez compañera,
de un
camino que un día iniciamos
sin saber
por qué pero de alguna manera
intuyes que
ya no hay fronteras
y por
ninguna vez
vamos a separar nuestras manos.
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