jueves, 30 de mayo de 2013

DESDE AHORA

Pocas veces entendí el claroscuro de mi habitación
con un Sol tan inclinado como una pobre sombra,
tras el cristal, en el más allá, amar era un dolor,
una in voluptuosa noche vaciada de su forma,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

sobre mi mesa se muestra un papel sin color,
algún retrato de familia, un lápiz romo y una goma,
no hay floridos colores en esta voluntaria prisión,
los quicios también gastados de estólidas horas,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

estremecido joven cuando antes era yo,
mis pies pasean por una cálida alfombra,
buscaban aventuras para un bosque con dragón,
un extraño fervor hacia extrañas historias,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

la curiosa esperanza se acelera con horror
mientras paso y paso cientos y cientos de hojas,
que lo mismo montan como desmontan con fervor
los tiempos de cada día que al final se ahogan,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

insisto en este ritual de desmontar la canción
y verla derrumbarse como única obra,
y hacia todo lo conocido con insinuación
citarlos de nuevo con una estúpida forma,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

¿qué de aquellas vidas? ¿de otro cualquier amor?
fui joven y amado y deseado casi gota a gota,
ignorando al recipiente y su rechazado temor
que se colmaría como casi todo se colma,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

mujer, pariente, niños, amigos, y a mi forma dios,
no soy capaz de repetirlos como el mar sus olas,
aunque fuera todo lo mismo y con la misma voz
mi pensamiento lo consume de otra forma,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

todo se repite de otra forma en el mismo bloc,
las sensatas palabras se me tornan ahora locas,
es como la misma historia en un diferente yo,
la misma gente que olvidó como se me nombra,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

tras el cristal los muros parecían anunciación,
la Luna brillaba con su luz cegadora,
y entonces yo soñaba, tenía hasta una ilusión,
y ahora mil desilusiones que me asolan,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,

no sé entender como todo eso se murió,
los ojos que te miraron no son ya blancas rosas,
las manos que te palparon se bajaron sin razón,
mis besos se apartaron, me dejaron a solas,

y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,
y que me mataba la eterna condición
que tendré tu desamor si quiero tus horas,
y que me mataba la eterna imposición
que tu amor ya no tendré desde ahora.

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