jueves, 26 de junio de 2014

1990

De mil novecientos noventa no recuerdo nada,
era un personaje inconexo que bullía inconstante,
me suplantaron la personalidad y parí un loco,
todo se volvía elástico en la rigidez del siglo,
se acabaron los principios dudando de sus finales,
los medios garantizaban un éxito engañoso,
la gente se partía por la risa literalmente,
hasta el político de turno no tenía cara de bobo.

En mil novecientos noventa se presagiaba un escándalo,
venía oculto desde mil siglos antes, madre mía,
estaba previsto que volviera a esconderse,
total, para qué saber tanto, a qué viene tanta curiosidad.
De mil novecientos noventa re y cuerdo muy poco,
el mundo estaba pero no se iba enterando, enterrando
más bien, como siempre lo hace, el mar un despojo,
veintitantos después, aquello aún desconozco.

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