Hay hechos que hace al tiempo tan lento
como otros que llevan a torbellinos precipitados,
unos, desidia, incomprensión, complejos,
otros, placer, enamoramiento, beso dado,
fragmentos de nuestra vida nos va desmintiendo,
otros llevan a la obra con bellos escenarios,
y no hay razones obvias que plasmar en el cuaderno,
y sí hay razones sutiles de amor imaginario,
los principios siempre parecen dulces y bellos
y el camino será, seguro, a sobresaltos,
porque aquello que pensamos como bueno y cierto,
para otro es doloroso y falso,
olvidamos que siempre entre dos anda el juego,
y hasta nos creemos que hay que ir juntos de la mano,
buscar el punto de apoyo, perder el miedo
e ignorar que otros miedos van llegando,
porque con la inevitable pared de entre dos cuerpos
es imposible que toda esencia vaya de lado a lado,
no todas las cosas llegan al otro de pleno
mientras otras cosas ajenas nos va desolando,
yo no sé si entiendes ni un poco lo que voy diciendo,
y seguro que hay palabras tuyas que no estoy atrapando,
con lo cual, llenamos los vacíos y huecos,
y hacemos castillos sin pájaros en mano,
es difícil saber uno del otro el remedio,
pues nunca aprendemos a estar en el otro lado,
con lo cual nuestro egoísmo, que aparece primero,
acusa al otro de egoísta y de ingrato,
en realidad, todo esto sería útil y bueno,
si el amor, aquel primero, no fue tan en vano,
si como dijimos que nos íbamos a ir queriendo,
fueron más que palabras, poner el alma en el pacto,
y te daré, si tú me dieras, ese te quiero,
esos te quiero que queríamos ir llenando,
más que una forma de ir atrapando el tiempo
que se nos pone en contra para ir andando,
no es cuestión de decir perdón o lo siento,
es más bien que ignoramos que aún siempre estamos,
como estuvimos en aquellas noches, aquellos tiempos,
que no parecían lentos, pero que logró quemarnos.
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