lunes, 23 de junio de 2014

EROSIÓN

Me he ido desangrando en un vuelo, ya sin aire,
y temeroso cuando me ataba a tus brazos débiles,
irme desenfocando desde tus turbias miradas,
e irme acostumbrando a tu lejanía inexplicable.

He devanado todos los rincones hasta donde no hay nadie,
caminando por senderos que para nadie fueron útiles,
e ir borrando desgraciado cada frase y palabra,
y sumergirme en el silencio del todo sospechable.

He destruido el verbo, el alma, todo se ha hecho tarde,
lo pueril y lo simple me vencieron insensible,
el alto en mi proceso una vez más me enmascara,
me desvío aún sin sentido a los asuntos insondables.

Me he ido percantando de que aquel amor no era grave,
que hería por imposición, no vocación plausible,
que el tiempo de dedicación diaria se desencajaba,
y que se rompía con secretos a voces lo improbable.

Que el trabajo compartido ¿dónde irá? cualquiera sabe,
que el murmullo de las hojas se tornaba inaudible,
y la promesa compartida vilmente era deshilachada
y la noche ya olvidaba que nunca se nos hacía tarde.

He sentido el dolor de las puntas de tus sables,
en tus puños cerrados como una rabia incontenible,
mordí una vez, resolutivo, la enigmática manzana,
y me fui arrepintiendo como lo hacen los cobardes.

No romperé un secreto, en mí se queda, en mi sangre,
y sostendré a mi espalda los sueños imposibles,
y el tiempo vuela, y ya no existe "hasta mañana",
el que me embargaba una felicidad acariciable.

y con esta forma de despedirme y de expresarme,
a sabiendas que cualquier retorno no es factible,
aún bendigo aquel momento en el que te anunciabas,
en el que giraste los ojos, decididamente, para mirarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario