martes, 17 de junio de 2014

LOS MANATIALES DE SUEÑOS

Alguna vez, en algún lugar, y cuando menos te lo esperas,
todo el aroma entrega sus fluidos de brillos como el mar,
y lo impretendido te llegará como si lanzaras la moneda,
y en tu vida no se queda algún asunto por terminar,


como el hambre y con su pan, la ansiedad late a seda,
y no habrá tema que te exceda porque siempre lo querrás,
y la cosa no es tal cual, es que se cobijaba a su manera
una soñada primavera estremecida y sin cesar,


los deseos por lograr te llegarán con sus maneras,
sin aviso y sin bandera que te anuncien cualquier plan,
y todo mundo sideral en tus manos serán cera
con las que formarás escenas que ya nunca olvidarás,


porque tú la hicistes más aunque yo contribuyera,
y por mucho que yo quiera eres tú quien serás,
aquello que veas pasar hasta de antes que naciera
nunca será quisiera si no es tu obra, si no es tu sal,


pues dime amor si es afán moverte entre estrellas
nerviosas como aquellas que miramos en el mar,
y que en ellas, su llamear, se anunciaban con sus perlas
viento cálido que encierra dos amores que se dan,


la tierra volando va, y en cada alba siempre entrega
lugares que nos llevan a donde soñamos estar,
y las vueltas pasarán, pero los sueños siempre quedan
como una eterna primavera en nuestra alma manantial.





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