No me lo pregunteis porque no lo sé,
no sé por qué elegí cierta etapa,
fue sin querer,
no había entonces mucho dónde elegir,
reconozco que incluso me alegré
cuando lo conseguí,
será lo grato de tratar con personas,
personitas enormes más bien, diría yo,
gente de corazón pura,
sus testificaciones a diario
que parecían siempre ponerte en cuestión,
era más interrogación que duda,
es difícil el reto de hacer divertido,
interesante, merecedor de un poco de tiempo,
asuntos aparentemente sin sal,
tema que me planteé en el rebobinado,
al principio todo era de prisa y corriendo,
y casi nunca detenerme al hablar,
tuve amores y me tuvieron amor,
¿por qué no? ¿por qué no confesarlo?
fueron inocentes,
ninguno de ellos irían a ningún lado,
salvo alguna pequeña arruga en la piel
que nos delataba inconscientes.
La vida es un camino que se va andando,
la obviedad no quita que se diga,
así es la vida Laureano,
caminamos sin saber muy bien
hacia dónde vamos,
siempre descubriendo y probando,
miles, qué digo, millones
de papeles me fueron rodeando,
un océano de grafismos,
de planteamientos,
unos inacabados,
otros por los abismos,
es una dedicación planteada lentamente,
el pensamiento del Etna,
permanezco o me lanzo,
la vida se llena de ocasiones perdidas
y vividas,
así es todo, así es el acto.
Haces bien en creer que no te quise entonces,
hiciste bien también en irme dejando,
total, para qué en definitiva,
pero no me guardes reproches,
nadie va a comprarlos,
deja lo rancio y resucita.
Al final te das cuenta que no había final,
otros te paran, te van secando,
inevitable asedio extemporáneo,
quisiera seguir metiéndome en el mar,
marinero tenaz escrutando
y terminar cosas no hechas, pasos no dados.
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