Es un hasta luego extraño, la vuelta la desconozco,
como si el reloj y engranajes se hubieran descolocado,
pero te imaginaré pronto en el viento cálido
y efímeramente violáceo que atraviesan aves costeras,
no tomes ninguna distancia en la lejanía, poco a poco
sumérgete en un agua de un libro desbordado,
piensa que te pensaré, que te volaré secreto y ávido,
que te iré probando en cada una de las fronteras,
no entristezca el tiempo que el tiempo lo da todo,
sonríele y gira como un girasol muerde en sus labios
el Sol del alba, míralo como si fuera un encantado
milagro que hacen por ti, en tus surcos, en tus sendas,
y cuando temas que se te antoja un abandono,
siénteme corazón, siénteme necesitado,
que yo sentiré en mí tu deseo ansiado,
y todo el engranaje se iniciará, y todo empieza.
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