miércoles, 10 de junio de 2015

NO HAY SENDERO

Estoy viendo caer la lluvia
y no llueve,
estoy oyendo la tormenta
y no brama,
siento frío
sobre 45 Celsius,
no me siento alegre
cuando río,
veo la soledad
sin ningún sendero,
oigo el estallido de voces
en un desierto túnel,
me mira el conductor de nubes
desde el cielo seco,
como con ansiedad
mil veces lo que vomito,
alucino
con una papelera,
compro noticias
y me las cuento,
hago balances
de lo neutro,
desdeño la poesía
tele transportada,
estudio a diario
mi ignorancia,
me visto a la moda
de un acebuche,
y
no hay sendero.
Denuncio la estafa
y de nuevo me la envuelven,
voy al cine
para visitar el WC,
desprecio la pulpa
y me baño en la corteza,
miro lo brazos del manco,
los ojos del ciego,
el baile del cojo,
y
no hay sendero.
Soy cacho de carne
en un pellejo,
mi pluma me supera,
la lámpara me desprecia,
y un día fui hasta inocente
de cada una de mis culpas.
Y la condena
ya es sentencia:
no hay sendero.

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