jueves, 20 de diciembre de 2012

EL HEDONISTA

No sé cuántas lunas pasean en mi mente
cuando se esparce la noche y parezco cautivo,
que los sueños de ausencias indecorosamente
me abren sin pudor mi mejor enemigo,

medias lunas con manchas rosáceas
y volcán que se crece por mis dedos de nido,
columna de fuego que duda reacia
a volar ya por fin, pero no ahora mismo,

el placer de mi cuerpo con el tuyo se envuelve
por estas corolas que son nuestro abrigo,
donde dentro susurran las extasiadas pieles
que desnudas se muestran cuando nos sentimos,

no puedo ocultar, que lo tengo presente,
que adoro, aunque sea cierto paganismo,
el placer como el fin de mi mente,
que me alcanza hasta el hedonismo.

Soy macho, y como dices, de astutas palabras
y capaz de engañarme incluso a mí mismo,
de sentirme viento de noche calmada
y de llegar al final como un torbellino,

si yo te engañara, también me engañaría,
como mira cruelmente un cuervo asesino,
pero yo no puedo, que no me bastaría
lograrte solo por un momento aburrido,

debes creer que esto no son más que palabras
para hacerse un poema por sí mismo,
pero no siempre obedece ni se acata
que la norma es decir lo que de verdad no sentimos,

el placer de oirte cada vez que declamas
por delante de esa música que has elegido
me lleva, es mi signo, al país de la maga
que en su sortilegio me hago hedonismo,

ya sé que parece virtual y sin embargo
te juro ahora y por mil siglos
que cada vez que hablas yo me encargo
que mi mano me roce como placer divino,

le llaman paja mental o paja real,
y que más me da si me imagino contigo
contruyendo luceros en el mar sideral
y volar como astros al placer infinito,

y puede que nos seas lo que yo pienso,
seguro que incluso todo es distinto,
pero mi cuerpo no se acomoda en esos
asuntos formales como un catecismo,

si los tabúes, la educación o las reglas
fueran la exclusivas normas de nuestros caminos
la vida debería escribirse como cosa ya cierta
y borrar de la mente otros infinitos,

me gustaría vivir mil millones de veces
y mil millones más si así yo consigo,
escrutar todas las sendas, no importa si hay heces,
que ellas se irán si el juego es limpio,

la mente prodigiosa debe ser libre como un ave
que vuela audaz por todos los caminos,
y aunque cierto es que el peligro se abre
también se abre el lograr lo querido,

en estas ventanas de tamaños diversos
donde el tiempo se vuela si no nos sentimos
capaces de extraer los verdaderos versos
que emanan de nuestro eterno hedonismo.

Yo quisiera que tú me sintieras
mucho más como amante que como a un amigo,
que lo soy, no lo dudes, no sufras, no temas,
que yo no seré nunca quien cambie tu signo,

pero tampoco me pidas que cambie yo,
si quieres lo hago, pero no seré el mismo,
no seré aquel que una vez te voló,
y no seré más que un espejismo.

Mi corazón late ¡sabes! claro que late,
me mantiene, me abraza, no puedo ser frígido,
porque es terrenal y se mueve e invade
de sangre caliente mi sexo, mi líbido,

más si nada trasciende yo me volveré
hacia otras palabras y otros escritos,
no te preocupes, nada va a hacer
este hedonista que sueña contigo.






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