Dentro de nada ya tenemos aquí la navidad, lo digo en un sentido más religioso que comercial claro. ¿Quizás mucho la usen para hacer balance de un año quizás para olvidar? ¿Cómo vamos a olvidar lo vivido? Es tiempo de desearnos muchos cariños y afectos. También de errar en nuestros regalos, o acertar claro. Es tan precipitado, a veces tan forzado. Es la excusa para vernos los que no nos vemos durante todo un año. El deseo de un próximo año mejor, lo cual no suena demasiado bien, para mí claro.
Es también el tiempo de arreglar la soledad de los demás, al menos un poquito, y también, un tiempo que necesitamos justamente ahora para que nos respeten la introspección. Buscar en nuestro interior, lograr la calma, hacer propósitos. Esto debería ser un trabajo diario ¿verdad? pero no está mal esta nueva navidad si también sirve para eso. Es tiempo de estar con la familia y certificar que sigue siendo la misma, quizás con algunas fluctuaciones en el índice. Medidas de porcentajes espirituales. Es el momento donde el amor parece estallar más, las canciones se cantan en grupo, las uvas se cuentan como si les fuera la vida en ello.
Yo me he prometido no abusar de los dulces ni emborracharme por penas,
opto por sentir que cuando me vaya unos días te voy a extrañar tela,
aprovechar algún brindis y en ese tilín chin chin sentir que me extrañas,
lanzar papelillos al aire, de colores y que vuelen y acaricien tu cara,
que el beso que no te pude dar, que nunca te di, te lo doy mi preciosa,
que este abrazo no es de simple amigo, que es un abrazo de mariposa,
que mi esencia de amor, mi perfume, navega atolondrado a tus pechos,
que mano en ellos, palpar, verter, mi sonrisa tímida yo te ofrezco,
que en el azul ocultado de las calles por las bombillas traviesas,
paseamos los dos juntos como dos almas locas que se revientan,
que mi móvil pondré en vibración, en mi pantalón, cerca del muslo,
y que tu "te quiero" me llegue mientras no sé quien me habla del mundo,
que cuando digan que el año que viene seguro que todo se arregla
yo solo pensaré, cobarde y desconfiado, que quizás no aparezcas,
que esta navidad no sé lo que voy a hacer, ni falta que hace,
y que lo único que quiero es que sepas cuánta falta me haces.
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